lunes, 30 de diciembre de 2013

Hoy en Crónicas Anexas: Diego Metal


Diego Metal es un tipo excepcional. Fiel seguidor del metal, tiene el pelo largo, es barbón y se viste de negro y con mucha ropa sin importar la época del año. Diego Metal está entregado a la misión de acercar el metal a la gente. Él se autodefine como un tipo común determinado a hacerle saber al mundo que el metal es sólo otro estilo musical y que no hay por qué temerle a esos barbones oscuros de por ahí.

RP - ¿Cuál crees que es el mayor desafío que tienes ahora, intentando acercar el metal a la sociedad?

DM – Bueno, yo diría que es sacar el estigma de que los metaleros adoramos al demonio y somos violentos. Nada más lejano de nuestra realidad. Somos gente común y corriente, que trabaja y paga cuentas y lleva a sus hijos al colegio. Terrible común.

Diego Metal tiene un pequeñín de 5 años, llamado Leny. Querían ponerle Lemmy, como el vocal de Motorhead, pero…

DM – La gente del Registro Civil no cachó ná. Menos mal que no le pusieron Lenni con doble n e i latina… Pero buéh… Yo estaba tan emocionado de que una parte mía estuviera ahora en el mundo que ni me di cuenta.

Diego Eme, como le dicen sus amigos, o sólo Eme, trabaja en las noches como guardia de seguridad en un bar nocturno, como es corpulento y tiene una imponente presencia, intimida bastante. Y en las tardes Diego Eme sale a tocar su música por las calles y micros de la gran capital.

DM – Sí, igual es difícil. La gente es muy discriminadora con nosotros. Como si fuéramos de otro mundo. Onda “no personas”. Pal #$%@. Pero yo me mantengo positivo no má. Si cuando las cosas tienen que ser, son no má. No hay que darle muchas vueltas.

Diego Metal no pierde oportunidad de acercar su música al pueblo. De hecho, hace unas semanas no más estaba vacacionando por Pucón:


DM – Este diciembre fuimos pa Pucón con la familia, a pasar la navidad. Partimos los tres, mi señora, yo y Leny. Acampamos en un camping muy piola ahí entre Pucón y Caburgua. Llegamos temprano, armamos la carpa, dimos unas vueltas (onda Ojos del Caburgua) y en la noche nos sentamos a comer los tres. Al lao de nosotros había unos locos terrible hippies, muy buena onda. Tenían sus guitarras y tambores, todos sentados en torno a una fogata. Así que me acerqué con mi guitarra de palo, así piola como soy yo, y les dije: “¿cabros, les molesta si les toco unos Death Metal?”. Bueno, esa amistad no duró mucho… - ríe para si mismo.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Crónicas Anexas

Una nueva faceta de rockpauli se está materializando. Porque una está rodeada de gente graciosa, única e increíblemente ocurrente es que he decidido crear esta sección totalmente original e innovadora: Crónicas Anexas. Anexas, porque que en realidad debería abrir otro blog más ad hoc al género, pero me da lata llevar un tercer blog, así que lo anexaremos a rockpauli no más.

Por supuesto que mantendremos esa calidad fotográfica y visual que identifica este blog. Una tiene que ser siempre fiel a sus orígenes.

¡Estén atentos a estas nuevas publicaciones!

jueves, 12 de diciembre de 2013

Peter Capusotto - Canciones en un inglés de mierda

Un video magistral del argentino Peter Capusotto. No lo pude terminar de ver por miedo a morir de la risa.


(creo que saqué abdominales con este video...)

lunes, 9 de diciembre de 2013

Manu Chao - Santiago, Chile, 8 de diciembre 2013

Hay recitales en los que la banda tiene que trabajar un poco al público, se lo tiene que ganar. No es cosa de subirse al escenario, pasear los dedos por la guitarra, gritar unos cuantos "¡Gracias Chile!" y esperar que la gente se entregue sin esfuerzo alguno. No. Hay bandas que te tienen que mimar y contactarse con su público y ahí y solo ahí es cuando la gente dice "Ok, estamos contigo". Bueno, este no fue el caso. Fue cosa de que Manu Chao subiera al escenario para que todo el velódromo cayera a sus pies. Se sentía que el público estaba listo para recibir esa fiesta y la deseaba. Había una expectación en el aire que era evidente. Una energía contenida que quería escapar, pero para escapar tenía que tocar Manu Chao. Y Manu Chao tocó y el carnaval se desató instantáneamente.

Oficialmente, tocó 24 temas, pero en realidad fue solo uno de 3h de duración. Un saltar y bailar non stop al son de su música como solista y de su repertorio creado con Mano Negra. Un poco de todo, perfectamente dosificado para permitirte descansar con ritmos más tranquilos, pero olvídate de que dejaría quedarte quieto por mucho tiempo, pues al minuto te exigía dejarlo todo guiado por el frenesí de la batería. Esto fue un vaivén entre mover las caderas con la pachanga, saltar con el ska, cabecear con el hard core, mecerse con el reggae y luego empezar todo otra vez. Entregarse a la música de estos cuatro personajes que se notaban felices de la vida haciendo lo suyo y compartiéndolo con su gente.

Y Manu Chao, revolucionario como es, les dejó espacio a la gente de "No a Alto Maipo" y "Fuera Monsanto" para que subieran al escenario y divulgaran su lucha. Permitió que esos infaltables fans que logran llegar al escenario se quedaran ahí y disfrutaran con él y hasta el más clásico de la fauna santiaguina tuvo sus 15min de fama cuando un quiltro aparece en el escenario y se queda mirando a toda esa gente. Único.

Se despidió unas siete veces para solo volver dos minutos después y lanzarnos al carnaval de nuevo. Y ya cuando todos pensamos "esta ya sí es la de verdad", salen las trompetas y "Mala Vida" se toma el velódromo completo. Todavía quedaba otra hora de fiesta. Finalmente llega la real despedida y ya todos saciados los aplaudimos y les entregamos todo nuestro agradecimiento por habernos dejado completamente colmados de música y buena onda. Porque eso es Manu Chao: un buena onda.

¡Gracias!

El setlist.