lunes, 30 de diciembre de 2013

Hoy en Crónicas Anexas: Diego Metal


Diego Metal es un tipo excepcional. Fiel seguidor del metal, tiene el pelo largo, es barbón y se viste de negro y con mucha ropa sin importar la época del año. Diego Metal está entregado a la misión de acercar el metal a la gente. Él se autodefine como un tipo común determinado a hacerle saber al mundo que el metal es sólo otro estilo musical y que no hay por qué temerle a esos barbones oscuros de por ahí.

RP - ¿Cuál crees que es el mayor desafío que tienes ahora, intentando acercar el metal a la sociedad?

DM – Bueno, yo diría que es sacar el estigma de que los metaleros adoramos al demonio y somos violentos. Nada más lejano de nuestra realidad. Somos gente común y corriente, que trabaja y paga cuentas y lleva a sus hijos al colegio. Terrible común.

Diego Metal tiene un pequeñín de 5 años, llamado Leny. Querían ponerle Lemmy, como el vocal de Motorhead, pero…

DM – La gente del Registro Civil no cachó ná. Menos mal que no le pusieron Lenni con doble n e i latina… Pero buéh… Yo estaba tan emocionado de que una parte mía estuviera ahora en el mundo que ni me di cuenta.

Diego Eme, como le dicen sus amigos, o sólo Eme, trabaja en las noches como guardia de seguridad en un bar nocturno, como es corpulento y tiene una imponente presencia, intimida bastante. Y en las tardes Diego Eme sale a tocar su música por las calles y micros de la gran capital.

DM – Sí, igual es difícil. La gente es muy discriminadora con nosotros. Como si fuéramos de otro mundo. Onda “no personas”. Pal #$%@. Pero yo me mantengo positivo no má. Si cuando las cosas tienen que ser, son no má. No hay que darle muchas vueltas.

Diego Metal no pierde oportunidad de acercar su música al pueblo. De hecho, hace unas semanas no más estaba vacacionando por Pucón:


DM – Este diciembre fuimos pa Pucón con la familia, a pasar la navidad. Partimos los tres, mi señora, yo y Leny. Acampamos en un camping muy piola ahí entre Pucón y Caburgua. Llegamos temprano, armamos la carpa, dimos unas vueltas (onda Ojos del Caburgua) y en la noche nos sentamos a comer los tres. Al lao de nosotros había unos locos terrible hippies, muy buena onda. Tenían sus guitarras y tambores, todos sentados en torno a una fogata. Así que me acerqué con mi guitarra de palo, así piola como soy yo, y les dije: “¿cabros, les molesta si les toco unos Death Metal?”. Bueno, esa amistad no duró mucho… - ríe para si mismo.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Crónicas Anexas

Una nueva faceta de rockpauli se está materializando. Porque una está rodeada de gente graciosa, única e increíblemente ocurrente es que he decidido crear esta sección totalmente original e innovadora: Crónicas Anexas. Anexas, porque que en realidad debería abrir otro blog más ad hoc al género, pero me da lata llevar un tercer blog, así que lo anexaremos a rockpauli no más.

Por supuesto que mantendremos esa calidad fotográfica y visual que identifica este blog. Una tiene que ser siempre fiel a sus orígenes.

¡Estén atentos a estas nuevas publicaciones!

jueves, 12 de diciembre de 2013

Peter Capusotto - Canciones en un inglés de mierda

Un video magistral del argentino Peter Capusotto. No lo pude terminar de ver por miedo a morir de la risa.


(creo que saqué abdominales con este video...)

lunes, 9 de diciembre de 2013

Manu Chao - Santiago, Chile, 8 de diciembre 2013

Hay recitales en los que la banda tiene que trabajar un poco al público, se lo tiene que ganar. No es cosa de subirse al escenario, pasear los dedos por la guitarra, gritar unos cuantos "¡Gracias Chile!" y esperar que la gente se entregue sin esfuerzo alguno. No. Hay bandas que te tienen que mimar y contactarse con su público y ahí y solo ahí es cuando la gente dice "Ok, estamos contigo". Bueno, este no fue el caso. Fue cosa de que Manu Chao subiera al escenario para que todo el velódromo cayera a sus pies. Se sentía que el público estaba listo para recibir esa fiesta y la deseaba. Había una expectación en el aire que era evidente. Una energía contenida que quería escapar, pero para escapar tenía que tocar Manu Chao. Y Manu Chao tocó y el carnaval se desató instantáneamente.

Oficialmente, tocó 24 temas, pero en realidad fue solo uno de 3h de duración. Un saltar y bailar non stop al son de su música como solista y de su repertorio creado con Mano Negra. Un poco de todo, perfectamente dosificado para permitirte descansar con ritmos más tranquilos, pero olvídate de que dejaría quedarte quieto por mucho tiempo, pues al minuto te exigía dejarlo todo guiado por el frenesí de la batería. Esto fue un vaivén entre mover las caderas con la pachanga, saltar con el ska, cabecear con el hard core, mecerse con el reggae y luego empezar todo otra vez. Entregarse a la música de estos cuatro personajes que se notaban felices de la vida haciendo lo suyo y compartiéndolo con su gente.

Y Manu Chao, revolucionario como es, les dejó espacio a la gente de "No a Alto Maipo" y "Fuera Monsanto" para que subieran al escenario y divulgaran su lucha. Permitió que esos infaltables fans que logran llegar al escenario se quedaran ahí y disfrutaran con él y hasta el más clásico de la fauna santiaguina tuvo sus 15min de fama cuando un quiltro aparece en el escenario y se queda mirando a toda esa gente. Único.

Se despidió unas siete veces para solo volver dos minutos después y lanzarnos al carnaval de nuevo. Y ya cuando todos pensamos "esta ya sí es la de verdad", salen las trompetas y "Mala Vida" se toma el velódromo completo. Todavía quedaba otra hora de fiesta. Finalmente llega la real despedida y ya todos saciados los aplaudimos y les entregamos todo nuestro agradecimiento por habernos dejado completamente colmados de música y buena onda. Porque eso es Manu Chao: un buena onda.

¡Gracias!

El setlist.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Jane's Addiction - Santiago, Chile, 15 de octubre 2013

Ya me había resignado a que no iba a ver a Jane´s Addiction. En época de vacas flacas no se puede tener todo, hay que elegir. Blur/Beck o Jane`s Addiction. Ya había visto a Jane's en el primer Lollapalooza, pero nunca he visto a Beck, así que Beck (y Blur es un excelente añadido). Asumida mi decisión, estaba bajando el último capítulo de Elementary y acomodándome para ver el partido cuando me llama uno de esos amigos que todos deberian tener: "Pauli ¿qué haces hoy?", "Nada mucho ¿por?", "¿Quieres ir a Jane's Addiction?". ¿Quéééééé? ¡Por la cresta que hermoso es el mundo!

Y así llegué al Caupolicán. Con una sonrisa de oreja a oreja, lista para dejarme transportar a ese pasado en el que Jane's era la banda sonora. Entramos, vimos el final del segundo tiempo en la pantalla gigante instalada para que no nos perdiéramos la clasificación de Chilito al Mundial, celebramos y aplaudimos con todo el recinto el final del partido y esperamos que esos grandes subieran al escenario a celebrar con nosotros. Y entonces la guitarra que todos estábamos esperando entona un "olé, olé, olé, olé" y todos nos sumamos y "olé, olé, olé, olé, Chile, Chile" es lo que se escucha en el Caupolicán. Minutos más tarde, bajan las luces, el público se prende y aparecen Perry, Dave, Chris y Stephen con Underground de fondo. Empezó.

Sin descanso, sigue el máximo clásico, hit de los '90, Mountain Song. Nos dejamos atrapar por su riff inconfundible y todos cantamos "Comin' down the mountain!". Perry Farrell se acerca al público, les sonríe y los seduce, mientras Dave Navarro despliega todos sus solos de guitarra. La fiesta sigue con el single Just becaouse de su penúltimo disco Stray. Luego viene Had a dad y entonces aparece la deliciosa percusión de Sex is violent (o Ted, just addmit it..., dependiendo del disco), acompañada de los acordes de Dave. Las bailarinas de Jane's se lucen e hipnotizan al público, con ese erotismo oscuro que suele acompañar sus recitales.

Salimos del trance con Been Caught Stealing. Con un hit así sonando en vivo uno hubiese esperando que el público se lanzase a cantar y saltar, pero no estaba tan entregado. A pesar de la simpatía de Perry, de los solos de Dave, del poder de la batería de Stephen y de los acordes de Chris, el público no prendía. Y eso que recién habíamos clasificado al Mundial. Curioso.

En fin, el recital sigue y suena Ain't No Right, Up the Beach, Three Days, Ocean Size y de pronto "Señoras y señores, nosotros tenemos más influencia..." y "Here we go!". Stop! arremete con todo. Sin intervalos, escuchamos Chip Away, con un Stephen inspirado que nos envuelve a todos. Y finalmente llega el momento de escuchar su máximo hit. Dave toma su posición, el escenario se ilumina de rojos y amarillos y todos cantamos Jane Says.

Y así termina un recital que, a pesar de lo bien que están esos cuatro músicos, de lo empáticos que fueron con nosotros y de hasta sorprendernos con dos mujeres colgadas de la piel, no lograron prender al público. Algo extraño en este país, donde la sola presencia de nuestros ídolos suele ser suficiente y si más encima la banda responde con una excelente performance, siempre terminamos entregándonos por completo. En fin.

Una mención especial para la chica que Perry subió al escenario. Cantó, bailó con él y, algo sobrecogida, salió corriendo y se lanzó al público. ¡Esa es la actitud!

El setlist.

martes, 1 de octubre de 2013

Alice in Chains - Santiago, Chile, 30 de septiembre 2013

Mmm, no sé por dónde empezar... ¿Lo hacemos por "como echaba de menos esa emoción absoluta que se va acumulando en la guata mientras vas caminando junto a todos esos fans sabiendo que estás a punto de ver a uno de los grandes"? ¿O por "anoche, a eso de las 21:50 y durante más o menos una hora y media, yo y otras miles de personas nos vimos atrapados por el poder y la oscuridad de Alice in Chains"? Da lo mismo, escojan la que más les guste, el punto es que antes, durante y después de esa perfecta hora y media esta banda, que no necesita ningún tipo de introducción, nos agarró, sacó lo mejor de nosotros, entregó lo mejor de si y se fueron dejándonos a todos elevados.

Al toque el golpe de Them Bones y sin respiros, Dam that River. Listo. Ya estábamos todos atrapados y en modo "darlo todo por estos locos". Pasamos por la oscuridad más profunda de algunos temas nuevos de la era DuVall, con Hollow y Check my Brain, para luego caer de lleno en el "again and again and again and again and again and again and again and again and AGAIN!" de uno de los mejores temas del álbum Alice in Chains (o ese del perro de tres patas, como algunos lo conocemos). ¿Quieren parar un segundo y recuperar el aliento entregado a todos esos "agains"? ¡Olvídenlo! Man in the Box a la vena y a saltar y corear se ha dicho.

¡Uf! Sobrevivimos a la primera parte de este recital traído del infierno y podemos respirar un poco al son de Got me Wrong. Luego, un poco de lo nuevo, de lo viejo y de lo muy viejo, todo envuelto en un aura oscura y densa. Un escenario iluminado en rojos y verdes, con imágenes sugerentes que te llevaban a pensar que esa era una apertura al inframundo, ambientada por la música de estos cuatro individuos. ¡Y qué cuatro individuos! Solo ver a Sean Kinney tocar batería ya es un espectáculo. Tiene una fluidez y un dominio que hacen sentir que todos esos tambores y platillos son un puro organismo. Un Mike Inez con exactamente el mismo look que ha tenido toda su vida, paseándose por el escenario, entrando y saliendo de las sombras, con ese bajo sólido e inconfundible de Alice in Chains. William DuVall cumplió su rol de frontman a la perfección, alentando al público para que los acompañáramos en los coros y en los ritmos y hablándonos en español con un muy aplaudido "¿Cómo están weones?" y un "¡Viva Chile, mierda!". Y Jerry, el alma de este grupo. Luciéndose con sus solos, agradeciéndonos por nuestra buena onda y entregándonos toda su calidad.

Finalmente llegamos al intermedio y esos ídolos salen a descansar un momento. Momento que nosotros también aprovechamos para recuperar el aliento luego de ese Nutshell coreado por todos de principio a fin y para rearmarnos luego de la oscuridad de Junkhead y Love, Hate, Love. Pero nada de acomodarse mucho. Alice in Chains vuelve y de inmediato suena Down in a Hole, Would? y Rooster, temas absolutamente dominados por el público, en el que ese "If I would, could you?" de Would? era propiedad indiscutida de esos miles de fans.

Y así terminó uno de los mejores recitales que he tenido la fortuna de asistir. La vuelta a la casa feliz, un sueño feliz y un día siguiente feliz. ¿Cómo no ser adicta a los recitales?

El setlist acá.

viernes, 14 de junio de 2013

Kim Deal deja los Pixies...

Hoy es un pésimo día. Kim Deal ha dejado los Pixies... Las palabras de sus compañeros:

"Lamentamos informar que Kim Deal ha decidido dejar los Pixies. Estamos todos muy orgullosos de haber trabajado con ella on and off por los últimos 25 años. A pesar de su decisión de seguir adelante, siempre la consideraremos un miembro de los Pixies y su lugar siempre estará aquí. Le deseamos lo mejor."

Black Francis, Joey Santiago y David Lovering

Ahora solo nos quedará atesorar esas oportunidades que tuvimos de verlos a todos en vivo, cuando pensamos que eso ya sería imposible. Escuchar sus discos tan adelantados a su época y que influenciaron todo el rock que vino después. Agradecerle por haber creado lo que creó.

We La La Love You Kim!

lunes, 3 de junio de 2013

The Kindling - Half Light (EP)

Hoy solo paso para dejarles este disco recientemente descubierto (en realidad, lo descubrí hoy). Muy bonito, evocativo, para sentarse a escuchar. Un poco Radiohead en sus momentos más pegados, un poco Bon Iver. Es tal cual como se muestra en la portada, con un bosque algo oscuro y quieto.

Esta banda inglesa tiene otro EP llamado From Out the Wreckage, lanzado el 2011, algo más despierto que este. En realidad, no sé si pueda decir banda, pues al parecer es más bien el vocalista Guy Weir el verdadero responsable de esta música. Sea como sea, habrá que mantenerlos bajo el radar.

Y atención que el disco se puede descargar gratis hasta fines de julio en este link (en el que también se  puede escuchar su primer EP).

martes, 16 de abril de 2013

The Cure - Santiago, Chile, 14 de abril 2013

Escribo el título de esta entrada y no puedo creer que sea cierto. Después de todos esos eneros en los que se escuchaba por ahí "este año viene The Cure" y luego "este año sí que viene The Cure" y otro "ahora sí que sí viene The Cure". Y nunca venía. Y ya todos estábamos entregados a ese hecho (o no hecho) inevitable de que nunca vendrían. Una esperanza que no tenía nada de qué agarrarse. Vino Alice in Chains, vinieron los Pixies, Roger Waters con The Wall. Era casi más posible que Kurt Cobain se levantara de su tumba y saliese de gira con Nirvana. Y a fines del año pasado el rumor se vuelve a levantar. En un par de días se confirma su recital y todos como locos a comprar esa entrada. Sin embargo, luego de tantas ilusiones rotas, era difícil creer que esto realmente ocurriría. Así que cuando llegó el momento, se apagaron las luces y apareció ese primer acorde... Todos saltamos, todos cantamos y todos nos emocionamos hasta la médula porque finalmente estaban ahí. "Open", "High", "The end of the wolrd" y más y más y más. Y por tres horas y media disfrutamos de tamaña banda que nos deleitó con un repertorio armado por años de excelente trayectoria.

El estadio estaba desbordado de gente. Aunque, debo decir, que esperaba más del público. Después de tantos años esperando, yo pensé que todos saltaríamos hasta morir. Y la verdad es que había una tranquilidad algo perturbadora. Pero bueno, esta vez estuve en Andes y todos sabemos que la máxima emoción está en cancha. Sea como sea, era impresionante ver y ser parte de un grupo tan grande de gente unidos por una sola banda.

Y ahí estaba esa banda. Un Robert Smith que canta exactamente igual a como cantaba hace veinte años. Es que verlo en la pantalla gigante, con su pelo despeinado, sus ojos negros y sus labios pintados te transportaba a otra época. Lo miraba y pensaba "Joder, estoy viendo a The Cure". Estoy viendo a The Cure...

Hits mezclados con temas más misteriosos para sus fans más acérrimos, The Cure nos tocó a todos. Y nos tocó a literalmente todos con "Pictures of you". Ese momento en que la voz del público se hace escuchar por sobre los parlantes y sientes como todos están en la misma frecuencia que tu es sobrecogedor. Luego hizo una pasada por sus temas más oscuros y pude sentarme a simplemente escuchar (rico estar en Andes alguna vez que sea). ¡Qué deleite! Y entonces nos levanta a todos de nuevo con "Friday I'm in love" y daí fue un ir y venir de ese ya mencionado repertorio inagotable. Ya con casi tres horas de música prácticamente ininterrumpida viene "The lovecats", "The catterpilar", "Close to me", "Hot, hot, hot"... y "Boys don't cry". Vaya, es que ya no sé qué más decir.

Mi único pero va para el sonido. Por lo menos en Andes, como que el sonido iba y venía, de la nada los bajos se subían y alteraban la armonía. Los parlantes que ponen en la mitad para galería perturbaban la continuidad del sonido y se escuchaba ese incómodo rebote. Bueno, nunca me ha gustado el Nacional para este tipo de eventos por eso mismo. El único que ha logrado hacer que se escuche bien en todas partes fue Roger Waters con The Wall.

Así que en resumidas cuentas, estimadísimos compatriotas, lo hemos logrado. Hemos visto a The Cure en vivo y ahora ya nos podemos morir en paz, sabiendo que alcanzamos a vivir algo que parecía imposible. ¡Grande!

El Set list.

lunes, 8 de abril de 2013

Lollapalooza 2013 - Santiago, Chile, 7 de abril 2013

Y ahora vamos por ese segundo día.

Después de una noche de descanso, llegué nuevamente a las 3pm, esta vez para ver a Keane. Ok, sé que son muy demasiado melosos, pero soy mujer y tengo mi lado cebolla que hay que honrar de vez en cuando. Así que puntualísima, me instalé entre las fans (porque aquí son LAS fans) a dejarme cubrir con ese exceso de azúcar de Keane. Pasé por Bend and Break, Nothing in my Way y cuando estábamos con Everybody is Changing, agoté toda mi dosis endulzantes del día (por no decir del mes) y partí en busca de mis amigos. Sin embargo, en defensa de Keane, debo decir dos cosas: Tom Chaplin sí que sabe cantar y todos, hombres y mujeres, coreaban sus temas. Buenos.



Hicimos un entremedio y nos fuimos relajados a ver a Foals. Yo no los conocía (y eso es bakán de Lollapalooza, porque conoces bandas que no tenías idea que existían). Había menos gente, un sol poderoso friendo los cráneos y una banda muy parecida a Two Door Cinema Club, con esas baterías rapiditas y un sonido bien indie. Pero hacia el final, sacaron un poco de distorsión y se dejó ver un sonido más under, como indie grunge. Al final me pareció que la banda estaba entre Two Door Cinema Club y Sonic Youth. Tendré que descubrirlos mejor.

Terminó Foals y nos pasamos a Franz Ferndinand. Haciendo honor a su fama, el recinto estaba repleto. Fans por todas partes, todos felices saltando y bailando con cada tema y dejándose sumergir en cada hit. Sonaron impecables, prendieron a todo el mundo y cumplieron con todas las expectativas. Evel Eye, The Dark of the Matineé, Do You Want To, Take Me Out, osea, con un repertorio como ese no tenía como salir mal. Máximo.

Y ahora llegó el turno de uno de los más esperados por muchos: A Perfect Circle. Confieso al tiro que no soy fan porque tengo la referencia de Tool, que es demasiado denso para mi. Me cuesta digerirlos. Pero son quienes son, y con la grata sorpresa que tuve con Puscifer el día anterior, había que ir a verlos. Adelante, muy adelante nos ubicamos y compartimos con
la fanaticada una presentación intensa, cargada de poder. La puesta en escena era simple, con Keenan en un lejano rincón, dejando el protagonismo a Billy Howerdel y al batero Jeff Friedl. Digo al batero porque le ponía tanta fuerza que su presencia se hacía notar. Para mi, lo mejor fue Couting Bodies Like Sheeps..., seguramente porque tiene un aire a Nine Inch Nails que me es irresistible. Fue un muy buen recital, distinto a todo lo que ya habíamos escuchado en este día y medio de festival. Sin embargo, muchos fans me comentaron después que no les gustó tanto, más que nada porque faltó su máximo hit Judith. En fin...

Un paréntesis: pongo esa foto de A Perfect Circle porque así es como realmente vemos los pequeños como yo... ¡Ja!

Después de esa dosis de rock a la vena, partimos a Los Tres, a ver si podíamos descansar un poco escuchando buena música antes de The Balck Keys. Llegamos tardísimo, pues topaba con A Perfect Circle y solo alcanzamos a escuchar unos tres temas. Estaba repleto. Seguramente todos los que querían algo más tranquilo se fueron a verlos, y Los Tres tienen gran fanaticada en Chile. ¿Quién no conoce sus temas? Así que ahí nos quedamos hasta que terminó y partimos a esperar The Black Keys.

Sentados en el pasto, escuchamos a Deadmau5 a lo lejos. Finalmente pude descansar algo que fuera, pero cuando empezó The Black Keys, estaban todos tan cansados que nadie quería ir más adelante. Soporté unos 4, 5 temas ahí a lo lejos, hasta que no aguanté más y partí sola a las primeras filas. Llegué justo para Gold on the Ceiling y salté y bailé con todos los fans. Pero se notaba el cansancio en el público, ya estábamos en las últimas... ¡No importa! A bailar y saltar con Your Touch, Little Black Submarines, Money Maker y ya cuando llegamos a Lonely Boys, el público dio todo lo que le quedaba y hasta morir no más. Ahí empezó a irse mucha gente, y aproveché de ver los últimos temas lo más adelante posible.

¡Uf! ¡Qué finde! Estoy agotada y feliz y ya quiero ir a otro recital. Que manera de pasarlo bien.

Antes del premio a los mejores, debo decir que la calidad del sonido en este festival estaba a otro nivel. Se escuchaba perfecto estuvieses donde estuvieses y a la distancia que fuera. La variedad de bandas y de gentes y de ambientes estuvo total. Lejos el mejor festival que me ha tocado.

Para los mejores, mantengo mi declaración del día anterior: lo mejor The Hives y máxima revelación Puscifer. Feliz.

Lollapalooza 2013 - Santiago, Chile, 6 de abril 2013

Fueron tantas emociones y una variedad tan absoluta de público y bandas, que me cuesta un poco decidirme a como escribir esto. Pero vamos, por algún lado hay que empezar.

Día 6, Of Monster and Men, buenísimo. Llegué justo a la hora, no estaba saturado de gente y me pude acercar bastante. Si la banda ya emana una ternura en estudio, en vivo se pasaron. Tienen una onda muy de amigo tocando para sus amigos y Nanna es la dulzura misma. Cuando este público chileno (que espero que nunca cambie) le empieza a cantar "mijita rica, mijita rica, lalalalalala" y ella dice con esa vocecita "I don't know whats going on!" yo creo que ahí sí que ya nos ganó a todos y a bailar y a cantar se ha dicho. Fue rico estar en medio de esos fans que se saben las letras y los cumpleaños, cantando Feliz Cumpleaños, Dirty Paws y Little Talks. Yo sé que Little Talks es el hit, pero por algo los es y es porque es filete. Así que empezamos el día maravillosamente.

Luego partí a encontrarme con los amigos, a comprar agua, a escapar un segundo de ese sol implacable y entré al Movistar a escuchar un par de temas de Crystal Castles, pero fueron realmente solo un par de temas, no lo suficiente como para armarme una impresión de su recital...

El siguiente plato fue Kaiser Chiefs, con un aire a brit pop rudo. Tal vez solo brit rudo, sin pop, porque no tienen mucho de lo que uno llama pop. Prendieron a todo el público desde el principio, alentando a esas miles de personas a saltar y bailar con todos sus temas. Un Ricky Wilson entregado al escenario, dio una excelente performance, que a ratos me recordaba a Brett Anderson de Suede, paseándose por todos lados y disfrutando cada tema. Buenos, intensos, entretenidos.

Y entonces llegó el momento de The Hives. Estuve bien adelante en un principio, pero el frenesí de las primeras filas me venció y tuve que alejarme un poco. Sea como sea, lejos, lejos, lejos el mejor recital del Lollapalooza. Sé que todos tenemos nuestra opiniones y gustos, pero a la mierda todos los que digan que The Hives no fue lo mejor que vieron este finde. Cómo explicar el carisma que tiene toda esa banda, porque no es solo el vocalista el que prende a la gente, con un bajista quieto en su lugar o un guitarrista que hace los suyo, pero sin mayor participación en el escenario. Acá eran cinco individuos con un protagonismo compartido que hacía moverse hasta al más abuelito del lugar. Pero sí, el máximo exponente del grupo era su vocalista Pelle Almqvist. Con ese español inventado y esa energía inagotable, nos atrapó a todos y tuvimos que saltar hasta morir. "El siguiente cantanto...", "Somo los ¿señores/senadores? de la música punk rock" y "¿Quieren música rápido? ¿Más rápido?" Era simplemente imposible quedarse quieto y no dejarse embobar por esa pinta Naranja Mecánica y ese furor contagioso e imparable. Excelente.

Uf, después de esa hora y cuarto con el "rey la música punk rock", llegó el turno de Queens of Stone Age. La expectativa era altísima, pues ya habían deslumbrado con su primera pasada por Chile, cuando vinieron al Maquinaria junto con los Pixies. Y, por supuesto, entregaron un show impecable. No los vi enteros, me quedé creo que hasta el tema que tocó con Eddie Vedder, porque mi compañero de recital quería ver a Puscifer. Pero vamos, Queens of the Stone Age son unos maestros y saben lo que hacen. Después me encontré con amigos que los vieron y alucinaron (como corresponde).

Así que como a las 7:30 partimos a ver Puscifer. Con ese nombre tengo que decir que no esperaba mucho de la banda, pero mi amigo me decía que era del vocal de Tool y que había que cacharlos. Llegamos sin muchas ilusiones, como al tercer tema, simplemente a ver de qué se trataba. Pues fueron la revelación de Lollapalooza. Simplemente increíbles. Un rock intenso, pesado, pero despierto, sin esa densidad característica de Tool. La puesta en el escenario era buenísima, como un avión de primera clase, donde Keenan estaba disfrazado de piloto y la vocalista que lo acompañaba iba de azafata. A ratos ella bajaba a una especie de bar que tenían en el escenario y les servía comida a los integrantes de la banda, cumpliendo su rol de azafata. La música estaba simplemente a otro nivel, una unión de lo mejor de Nine Inch Nails con Tool, agarrando el frescor de NIN e incrustándoselo a la intensidad de Tool. Y ya cuando pasaron el video de Vagina Airlines con las instrucciones de seguridad de vuelo, nos tenían a todos totalmente conquistados y nos reímos y disfrutamos esta muy grata sorpresa.

Y ahora sí que vamos por el final de este día, caminando hacia Pearl Jam. Después de haber estado horas de horas de pie y de haber agotado gran parte de las baterías con The Hives, no nos dio para acercarnos tanto y optamos por una ubicación más modesta. Y como Peral Jam tiene ochocientos mil fans, estuvieras donde estuvieras, la fanaticada te envolvería y podrías perderte en la masa. Y así fue. Temón tras temón, Pearl Jam nos hizo disfrutar y cantar en coro el tema que tocasen. Pero tengo una crítica a su recital y es que ya han venido tres veces, la última fue hace nada, así que podrían cambiar su repertorio un poco. Saquemos Black, Jeremy y Do the Evolution, y pongamos un Red Mosquito, un Rats y The Fixer ¿Para qué terminar con Yellow Ledbetter de nuevo? Keep on Rockin' in the Free World hubiera hecho un cierre mucho mejor y novedoso. Opiniones personales a parte, ellos son unos profesionales, son dueños del escenario y siempre cumplen con entregarte más de lo que esperas. Grandes.

En resumidas cuentas, el galardón a mejor recital va para The Hives y el de banda revelación queda para Puscifer. Excelentes.

jueves, 14 de marzo de 2013

Paul Banks - Santiago, Chile, 12 de marzo 2013


Raro. Este recital fue raro. Primero, porque la municipalidad decidió clausurar el local media hora antes de la hora programada y la productora tuvo que improvisar, pues Paul quería tocar y nosotros lo queríamos escuchar. Segundo, porque el local donde finalmente fue el evento quedaba al otro lado de la ciudad y la nueva cita quedaba para las 11:30pm. Con todo esto, llegamos al tercer punto: un montón de gente desistió y en los que fuimos de todos modos se sintió el efecto… Ahí estaba yo, a las 1am, en primerísima fila rodeada de los grandes fans, con Paul tocando como el profesional que es, pero no había chispa. No había energía. Sin esa vibración que viene al juntar un montón de gente sintonizada en la misma frecuencia. Hubo un asomo de fanatismo con Arise Awake, No Mistakes o Young Again, pero nada ni remotamente cercano a lo que podría haber sido. Con el recital ya bastante avanzado, la gente prendió algo y todos coreamos el  “Now and then I can see the truth above the lies…” de The Base, aunque puede que decir “todos coreamos” sea algo exagerado, pero fue lo más cercano que hubo a una plena participación del público. Además, Paul tampoco es de los que se pasea por todo el escenario alentando a sus fans. Todo lo contrario, es más bien quieto y no suele moverse mucho más allá de su metro cuadrado, lo que ayudó poco a encender la emoción contenida en sus espectadores. Lo bueno sí de todo esto es que pudimos disfrutar de un recital más relajado, sin empujones, apretujes y gajes clásicos de las primeras filas. Terminó siendo algo más íntimo, lo que igual se valora.

Me encantaría decir que el recital estuvo increíble, que todos lo pasamos estupendamente, pero no… De todos modos, mirándolo objetivamente, sonaron de maravilla. Él y su banda saben lo que hacen y se nota. Paul es de los vocalistas que te hacen cerrar los ojos solo para escucharlo cantar, llevándote a esos lugares oscuros que tanto le gusta evocar. Así que a pesar de todos los pesares, valió la pena haber esperado y haber llegado a las 3am a la casa (¡Y sin estar pasada a cigarro hasta los calzones! Grande ley del tabaco).

El Setlist.