sábado, 8 de diciembre de 2012

Devotchka - Santiago, Chile, jueves 29 de noviembre 2012

Antes que nada, debo aclarar que yo no era fan de esta banda. Conocía el típico hit de Little Miss Sunshine y alguno que otro tema loco por ahí, pero fan no. Eso era hasta hace algunas horas atrás. Me conseguí entradas para ir al Common Pitch (¡grande Patagonia Chile!) y como al segundo tema no podía creer la tremenda banda que tenía enfrente. Y cuando digo enfrente quiero decir ahí mismo delante mío. Como en realidad estábamos en un evento mayor con charlas y stands varios, Devotchka no acaparaba la atención de todos los presentes y pude verlos tan cerca como si estuvieran tocando en La Batuta. Era casi como una tokata con los amigos. Y esa cercanía daba la sensación de que son una banda muy simple, en un ambiente muy grato y tranquilo. Pero son cero simples. Son cinco personas que tocan todo tipo de instrumentos con esa virtud de hacerte sentir que no cuesta nada pasarse del violín al piano o al acordeón. ¡Hasta un teremin había en el escenario!

Sonaron maravillosamente, con esa voz afinada/desafinada de Nick Urata llenando cada rincón del parque, los tambores obligándote a mover la jarrita todo el tiempo o los suaves deslices del violín que te hacían cerrar los ojos para solo escuchar. Su presencia en el escenario es contagiante. Son de esas bandas que se les nota que están felices de la vida tocando su música y terminan por traspasar esa alegría al público, te guste o no. Realmente lamento no haberlos conocido más, porque si los disfruté como los disfruté sabiendo tan poco de ellos, me imagino que los verdaderos fans estaban en las nubes.
La verdad es que a partir de ahora se han transformado en una de mis bandas favoritas y espero con ansia volver a verlos en vivo, porque si en estudio ya son buenos, en vivo te hacen fan.

Fotos: Nico Guaiquín

jueves, 18 de octubre de 2012

Suede - Santiago, Chile, 16 de octubre 2012

Aaaaaaaahhhhh (léase como un suspiro)... Al fin de vuelta en las canchas, literalemente. Con la guata apretada cuando bajan las luces, proyectan un gran SUEDE y suena Black Sabath. Lo sé, totalmente inesperado, pero le dió todo un toque esta introducción al más clásico heavy metal a una banda al más puro estilo Brit Pop. Que felicidad estar ahí rodeada de fanáticos de esos que se saben cada palabra y que acompañan cada golpe de la batería con un cabezazo o un manotazo al aire. Era como estar en casa.

Y bueno ¡Qué banda que fui a ver! Aunque no sé si podemos decir que uno va a ver la banda, porque en realidad el show es entero de Brett Anderson. Cuando alguien inventó el término "líder de la banda" se refería a él. Paseándose por todo el escenario, alentando al público en cada segundo del recital, acercándose a las primeras filas para que cada quien le agarrase lo que quisiera y sacando una pose tras otra para que las fotos de todos se vieran profesionales. No sólo es carismático como pocos, sino que canta tan magníficamente bien como se le escucha en sus grabaciones en estudio. Las miradas eran para él, las luces eran para él, la fanaticada era suya. Un deleite. Me imagino que a eso aspira Scott Weiland, pero sin lograr llegarle ni a los tobillos. Su protagonismo era tal que no me parece insensato decir que si al terminar el recital el bajista se hubiese paseado entre el público, nadie lo hubiera reconocido. Es que el resto de la banda sólo aparecía cuando Brett estaba sumergido en las primeras filas, fuera de nuestro rango visual. ¡Pero tranquilos! A pesar de que todo lo demás era para él, los aplausos y los gritos eran para todos. ¡Gran banda!

He llegado feliz a mi casa, sigo feliz ahora, un poco sorda porque el audio estaba un pelín demasiado fuerte (está bien q suene fuerte, pero no saturado. digo yo...) y probablemente siga sonriendo el resto del día. ¡Salud!

jueves, 23 de agosto de 2012

Pearl Jam - Santiago, Chile, 23 de noviembre 2005

Cachen el manso link que hay en You Tube. Es todo, pero todo el concierto del segundo día de la primera visita de Pearl Jam a Chilito. Lo sé, es para llorar. Es que todavía me acuerdo de ese día en que estaba con unos amigos hablando de lo máximo que sería ver a The Cure, Pink Floyd o Pearl Jam en vivo. Entonces una amiga dice "Pero si vienen". Y yo la miré con cara de "sí claro". Esa que uno pone cuando te dicen que este año sí que sí viene The Cure. Y me dice "No, en serio, vienen. Lo escuché no sé donde". Y era cierto. ¡Por la cresta que era cierto! Y hasta el día de hoy uno recuerda con una sonrisa en la cara esos maravillosos momentos: en el que fuiste a comprar tu entrada, en el que te pusiste de acuerdo con tus amigos para ver cómo se iban a San Carlos, en el que hiciste un cartel filete que decía Per Llan, en el que los pacos casi te dejan fuera del recital por mini problemas con la ley (momento angustiante que ahora se ha transformado en anecdótico) y en el que bajan las luces, sube el alarido del público y llega el rock. Ay ay, que alegría y satisfacción que siento ahora. Y saber que más encima está todo el concierto en You Tube para verlo cuando quiera... ¿Qué más se le puede pedir a la vida?

No sé si es necesario contarles que el concierto estuvo alucinante. Es cierto, soy mega fan, pero que estuvo alucinante lo estuvo. Lo digo de la objetividad misma, y si no me creen vean el link ese y se convencerán por sí mismos.

Nada que hacerle, son unos grandes...

miércoles, 13 de junio de 2012

Hugh Laurie - Santiago, Chile, 12 de junio 2012

Nunca antes había ido a un concierto como este. Estaba entre un recital piola y una obra de teatro. El escenario era precioso, con lámparas colgantes, alfombras, telones que cambiaban con las luces y los instrumentos repartidos por aquí y por allá en una suerte de living/bar/sala de ensayos/escenario de teatro. Se demoró un poco en empezar, pero luego entró Hugh Laurie, con un carisma y buena onda que lo acompañaron todo el recital. Sólo para empezar: entró, se acercó al micrófono y se puso a mover los labios mientras se escuchaba una voz grabada diciendo que lamentaba su muy malo español y que necesitaba ser doblado. Pero ojo que no era cualquier voz, era la voz del chaval que dobla Dr. House al español. Y esa fue la tónica de todo el concierto. Una banda excelente liderada por un actor simpatiquísimo. Porque era claramente un actor. Se burlaba todo el rato de si mismo, agarraba pal %@$$& al público, hacía reverencias exageradas y antes de cada canción nos contaba de quién era y alguna anécdota del compositor,  de la letra o de lo que fuera. Fue simplemente un agrado.

¡Y la banda! Qué banda... Todos maestros en su área. El guitarrista tenía 100 guitarras detrás de él, el de los vientos tocaba trompeta, saxofón y clarinete (de lo que caché yo), el baterista con su percusión, el chaval  del acordeón y no sé qué otro instrumento más tenía por ahí y Hugh que se pasaba del piano a la guitarra o sólo a la voz. Bueno, el contrabajista sólo tocaba contrabajo. Pero era seco. Y sonaban impecablemente. Y se veían impecablemente y todo era perfecto. Pero lo mejor era que se notaba que estaban ahí porque les encantaba tocar música y lo estaban pasando de pelos. Y eso necesariamente se transmite al público, así que lo que teníamos era un montón de gente feliz, pasándolo la raja. ¡Gracias Hugh Laurie y su banda!

Pd: Por ahora les pongo unas fotos de mi amigo, que todavía no bajo las de mi súper celular.

lunes, 14 de mayo de 2012

Vicentico - Santiago, Chile, 11 de mayo 2012

¡Se pasó el arrastre que tiene Vicentico! El Teatro Caupolicán (¡grande Teatro Caupolicán) estaba repleto. La única otra vez que me tocó ese recinto así de lleno fue cuando vi a los Fabulosos Cadillacs en el 2000. Ni Interpol ni Prodigy (que son las otras bandas que recuerdo haber visto ahí) lograron tamaña convocatoria. Y bueno, el concierto empieza y uno se da cuenta del por qué. ¡Él es un máximo! Canta filete, con su voz llorona y rasposa,. Tiene cualquier presencia, paseándose de un lado para otro con una mano en el bolsillo, seduciendo al público con su simpatía. ¡Es un ídolo! Y ya cuando se quedó solo con su guitarra y cantó con toda esa gente "Siguiendo a la luna"... Es por esos momentos de completa unión y armonía que vamos a recitales ¿o no?

Y al final, después de volver dos veces, nuestro querido Vicentico de nuevo se queda solo con su guitarra y nos hace felices a todos una vez más... ¡Te queremos! En Chile todos te queremos y te seguiremos queriendo tan lejos como puedas llegar. Las cosas que dices tienen sentido, Podemos detenernos y ponernos a pensar. ¡Eres un grande!

sábado, 21 de abril de 2012

Morrissey - Santiago, Chile, 26 de febrero 2012

Ahora que me siento acá a recordar este concierto para escribir esta reseña no puedo evitar que se me llene el pecho y me salga una sonrisa. Morrissey es Morrissey y punto. La Real Academia de la Lengua debería tomar esa palabra, Morrissey, y ponerla como sinónimo de "Maestro". Es que es un grande. Canta con una naturalidad, con una fluidez que te hace saber que ahí no hay esfuerzo, es simplemente expresión. Su presentación es sencilla pero perfecta. Él no necesita nada para dar un gran concierto. Basta con que suba al escenario y cante y ya estamos todos felices. "You're the one for me, Fatty", "I know it's over", "How soon is now" y ya cuando dije "esto sólo podría ser mejor si cantara Please, please, please..." y va y canta "Please, please, please..."... Me acuerdo y me sale un suspiro... Que genio, que maestro, que grande ¡que TODO!

Y a parte está Viña. ¿A quién no le tocó defenderlo el día 25, 26, 27, 28...? Que se indignó porque había un jamón en su camarín, que exigió que no sé quien no usara un vestido con plumas, que nadie podía usar cuero en su presencia, que no saldría a tocar con un atraso de media hora, etc. etc. Entonces yo pregunto ¿Hay alguien en el mundo del espectáculo que no sepa que Morrissey es vegano a morir? ¿Acaso hizo sus exigencias el mismo día del concierto o las envío meses antes cuando se firmó el contrato? Y más importante aún ¿A QUIÉN LE IMPORTA? Sí, es divo, pero por lo menos sus exigencias apuntan a una causa noble, a un intento por sensibilizarnos al maltrato animal en la industria. Así que Morrissey, sigue siempre como eres, eres un máximos y siempre agradeceremos tu gran aporte al mundo.

viernes, 6 de abril de 2012

Pearl Jam - Santiago, Chile, 16 de noviembre 2011

Este fue el último de la seguidilla de conciertos de noviembre, que había empezado con Interpol. En una semana pudimos ver a grandes, a gigantes, a leyendas y a los que pensaste que nunca podrías ver. Y todo concluyó con Pearl Jam (¡sácate un broche de oro!). No creo que sea necesario hacerle muchas alabanzas a tamaña banda, su trayectoria habla por si sola.

El concierto estuvo impecable. Llevan tanto tiempo tocando juntos que ya no parecen 5 individuos, sino un gran músico que coordina perfectamente sus 5 brazos. Tienen una puesta en escena furiosa y harmónica a la vez, conectan muy bien con el público. Se nota que están ahí para entretenernos a nosotros y disfrutan haciéndolo. Y qué onda como canta Eddie... Es realmente un virtuoso.

Pero no puedo evitar recordar ese concierto más por los malos ratos debidos a lo absurdamente lleno que estaba el estadio y a la mega odisea que fue retornar a casa. ¡Odié ese estadio! El concierto terminó tipo 12:30 y llegué a mi casa a las 2:30. Toda esa sensación de felicidad y bienestar que queda al ver en vivo a una de tus bandas favoritas se fue transformando en odio y frustración por no poder salir de ahí. ¡Qué terrible recordar más la vuelta a tu casa que el recital en si! Voy a tener que considerar seriamente la posibilidad de volver al Monumental. Me está pareciendo más sensato perderme un gran recital que pasar por ese calvario de nuevo... No, a quién engaño. Seguro que si viene The Cure al Monumental no los voy a ir a ver... ¡Todo sea por el Rock!

miércoles, 4 de abril de 2012

Maquinaria - Sonic Youth y Primus - Santiago, Chile, 13 de noviembre 2011

Una de las mejores cosas de ir a recitales en campo abierto (o semi-abierto) es que no hay muros contenedores, no estás confinado a un espacio finito y gracias a ello no sufres el estrujamiento clásico de los recitales en la zona más cercana al escenario: No tienes que poner en riesgo tu integridad física, con elevadas probabilidades de sufrir algún tipo de deslocamiento de hombro, moretones extremos en las piernas, falta intensa de oxígeno, etc. etc. A no ser que haya una cantidad abrumadora de gente, como ocurrió el día anterior con Alice in Chains. Pero este no fue el caso en el segundo día de Maquinaria. No. Aquí las bandas eran muy distintas unas de las otras, por lo que las 30.000 personas que andaban en el recinto no estaban todas juntas en cada una de las presentaciones. Gracias a ello pude ver a Sonic Youth tan cerca como es posible para alguien de 1,62m.

¿Y qué puedo decir de Sonic Youth? Verlos es presenciar a una leyenda del rock. Es ver a Led Zeppelin, a Black Sabath, ver a los Beatles. Es ver un grupo que inició algo en la música, que generó un nuevo estilo, que inspiró a otros y creó un movimiento completo. Y en vivo le hacen todo el honor a su importancia. Son... ¡Son la raja! Unen la armonía con la distorsión como nadie, conectan con el público, son sencillos y altamente rockstar a la vez. Y cuando volvieron al final y tocaron Teenage Riot... Yo no sé qué más se le puede pedir a una banda de rock...

Y al rato Primus. No tienen la relevancia musical que tiene Sonic Youth, pero son secos. Es que Les Claypool es alucinante. Uno ve como sus dedos se pasean por el bajo con la misma facilidad con la que te cepillas los dientes. ¡Y más encima canta al mismo tiempo! Es un virtuoso, un maestro y un buena onda. Es una caricatura de un súper héroe cuyo poder es tocar el bajo como un dios. ¿Me explico?

Como dato anecdótico: ¿Sabían que Les audicionó en Metallica para reemplazar a Cliff Burton? Pero le dijeron que era demasiado bueno y que mejor hiciera su propia banda. Y hasta el día de hoy todos agradecemos ese hecho.

Después tocó Stone Temple Pilots, pero aunque tienen buenos temas y son una buena banda, se las dan de súper importantes, de íconos del rock, y en mi opinión son sólo eso: una buena banda. En fin...

domingo, 1 de abril de 2012

Maquinaria - Alice in Chains - Santiago, Chile, 12 de noviembre 2011

Este fue el recital que vino después de Interpol. Fue el evento que trajo a Alice in Chains por primera vez a Chile... Esa banda que veníamos escuchando desde los 14 años, que acompañamos en momento de gloria, que soñábamos ver algún día, hasta que supimos de la muerte de su vocalista... Y entonces pasó al grupo de los que sabías que nunca podrías ver en vivo, junto con los Ramones, Queen, Nirvana y tantos otros... Pero entonces la magia ocurre y el deseo de muchos es escuchado: ¡¡¡Alice in Chains se reune y viene a Chile!!!! Me imagino que todos fueron a verlos porque el Parque O'Higgins estaba repleto. Todo rockero que se respete estaba ahí, coreando cada uno de esos magníficos temas.

Y es que realmente todos coreaban esos magníficos temas. He ido a muchos recitales en mi vida, pero han sido raras las ocasiones en que las 30.000 personas del lugar estén cantando prácticamente todas las canciones. Y cuando ocurre eso, cuando estás rodeado de todas esas personas iguales a ti, simplemente te pierdes en la masa y ya no somos 30.000, somos uno. Un gran fan viendo a una de sus bandas favoritas.

Y así como el público lo dio todo, la banda acompañó a la par. Entregados al escenario, decididos a dar lo mejor de si, a conectarse con el público y hacernos vibrar. ¡Por la cresta que vibramos! Rooster, Angry Chair,Would?, Dam that River, Man in the Box, Them Bones... ¡Uf! GRANDE JERRY, GRANDE MIKE, GRANDE SEAN, GRANDE WILLIAM

¡¡¡GRANDE ALIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIICE!!!

domingo, 4 de marzo de 2012

Roger Waters - Santiago, Chile, 3 de marzo 2012

¿Recuerdan cuando nos juntábamos en alguna plaza y pensábamos en lo increíble que hubiera sido haber visto a Pink Floyd? Soñar despierto, imaginándose a uno mismo entre los miles de afortunados que tuvieron esa envidiable oportunidad... Pues ayer creo que fue casi como haber visto a Pink Floyd. Cierto, no estaba Gilmour, pero la puesta en escena, el sonido... En un minuto pensaba "¡Qué apoteósico!" Pero de eso se trata Pink Floyd. De inundar todos tus sentidos, de atraparte en el concierto, de envolverte y hacerte parte del show. Uno realmente sentía que no estaba presenciando algo como un lejano espectador, sino que estabas totalmente inmerso en la música. El escenario era el estadio entero, las voces eran las de todos y el sonido estaba en todas partes. Entre que no estabas muy seguro si era una gigantesca obra de teatro, una sala de cine de 360° o el concierto más increíble que hayas visto.

Sí, uso puras palabras épicas, pero es que eso fue el concierto. La verdad que no sé como decirlo si no es con grandilocuencia. ¿Hay otra manera? Si alguien no lo sintió así, déjame un comentario y te doy el fono de mi viejo que es un muy buen psicólogo. Mira que si no te sentiste deslumbrado con ese muro es que tienes que hacerte ver... Así que ahora yo les pregunto ¿Does anybody else in here feels the way I do?

viernes, 2 de marzo de 2012

Interpol - Santiago, Chile, 8 de noviembre 2011

Este fue el primero de una seguidilla de conciertos que tuvimos en noviembre del 2011. ¡Y qué manera de empezar! Pulcro, correcto, intenso, impecable. Cada acorde en su lugar, ningún grito de más ni de menos. Estos tipos suenan exactamente igual en vivo que en estudio. ¿Es eso bueno? En cierta manera sí, porque los puedes acompañar en cada segundo de la canción, pero también es rico que te sorprendan un poco ¿no? Nada como que le entreguen el micrófono a público para que se escuche en plenitud el coro de algún gran hit... Pero por favor no me mal interpreten ¡el concierto estuvo filete! Momentos de profunda oscuridad intercalados con la vibración colectiva ante temones como Barricade o Evil. Un Paul Banks, mino como él solo, sin moverse mucho más allá del metro cuadrado en torno a su micrófono, pero con esa voz penetrante que te hace sentir que todo lo que dice debe ser tomado con la más seria consideración, y un Daniel Kessler un poco más expresivo, disfrutando de sus propias creaciones. Un bajista que se notaba que sólo estaba ahí para reemplazar a Carlos Dengler y el baterista... bueno, a parte de Lars Ulrich ¿qué otro baterista hay por ahí que logre un mayor protagonismo en un concierto? Con esto de quedar escondidos tras la batería... Sea como sea, el recital sonó con la perfección característica de Interpol. Además, para gran deleite de los amantes de los recitales, el concierto fue en el Teatro Caupolicán, lejos el mejor lugar para asistir a conciertos.

Eso sí que necesito, por reivindicación de mi pie izquierdo, implorarle a todas las chicas taquillas que insisten en ir a conciertos con tacos que por favor no salten fuera de control en le sector más cercano al escenario. Es una falta de respeto llegar a casa con un moretón cubriendo casi la totalidad de tu pie porque te hayan pisado con un taco en un concierto ¿o no? Por último que te haya llegado un combo por haber osado llegar al borde mismo del escenario ¿pero un taco? Demasiado indigno...