domingo, 23 de noviembre de 2014

Frontera Festival, 15 de noviembre - Primavera Fauna, 22 de noviembre - 2014

Primavera Fauna - Real Estate
Tuve la surte loca de que me invitaran a ambos festivales (¡Grandes Victor, Nata y Gléh!). Ahora que Chilito se ha plantado, echado fuertes raíces y establecido su lugar como parada obligatoria de las giras musicales de casi cualquier banda del mundo (te seguimos esperando Sigur Rós), estamos llenos de recitales, tocatas y festivales, cosa que los organizadores tendrán que tener en cuenta a la hora de establecer precios. Digamos que hay pocos bolsillos que aguantan tanta extracción en nombre del entretenimiento... Considerando que aún nos quedan Rockout Fest, Legalize Festival, Lollapalooza, los side shows de Lollapalooza y etc, hay que filtrar, hacer de tripas corazón, y dejar pasar a los que en realidad te gustan, pero no estás dispuesto a desembolsar 50 lucas en desmedro del otro que sí que te gusta mucho.

Primavera Fauna - Uno de los tantos stands
En fin, situaciones financieras a parte, retomo mi narración. "¿Por qué hablar de esos dos festivales en un mismo post?", se preguntará el lector inquisitivo. Son tan distintos, de hecho, son diametralmente opuestos. Y esa es justamente la razón.

Frontera: En el Club Hípico, fácil acceso, unas 20 lucas más barato, música en español proveniente de variados rincones hispanoparlantes.

Primavera Fauna: En el Espacio Broadway, llegas en auto o pagándole 5 o 7 lucas al bus de acercamiento, sus 20 lucas más caro, música indie pop electrónica nacional e internacional.

Eso como primera pincelada. Como segunda pincelada: el público objetivo y, como consecuencia de ello, la organización.

Primavera Fauna - Mogwai
Primavera Fauna un desfile de personajes fascinantes, intrigantes, gente colorida, no tan colorida, rockera, taqui rockers, de zapatos tornasol, de poleras de The Hives o Interpol, de pelos planchados, de pelos sueltos al viento con coronas de flores, con polerones grises, con aires a Sofia Loren, con barbas largas, cortas, despeinadas, perfectamente cuidadas o sin barba, muertas de frío con short, muertas de calor con chaquetas aleopardadas, con cabezas de unicornios, con hawaianas, con bototos, con blue jeans y una polera negra, con pelos muy largos, muy cortos, morados, verdes, rosa desteñido o sin pelo. Fauna, en Prmavera Fauna hay al menos un representante de cada especie posible. Entretenido de ver, entretenido de ser parte, aportando con mi especie. 

Un festival repleto de rincones, armado para que su público disfrute del lugar. Colchones Rosen para descansar o escuchar música acostado; "carpas" con aire árabe, con cojines y protegidas del sol para echar la talla con los amigos; cojines-asiento; mantas de picnic con canastos de picnic, sin picnic; sillas playeras color rosa; rincón indoor con sofá y comodidades indoor; sectores vip que eran iguales a los sectores no vip pero con sillones; mesas de ping pong y taca tacas a 500 pesos; y suma y sigue. Un deleite para los diseñadores, eso está claro. Seguro que fue de lo más entretenido diseñar, armar y ver el resultado final. Y el público lo apreció y lo disfrutó.

Primavera Fauna - The Lumineers
Elemento común: las lucas. Hay que tener dinero para pagar la entrada, pagar la bencina/estacionamiento/bus de acercamiento, las 3 lucas que costaba la cerveza Cristal Light... (momento de shock compartido), etc. Acá hay dinero que se gasta antes (con tu entrada), durante (con todo lo recién mencionado) y tal vez después si tuviste la mala suerte de creerle al "estacionador" y estacionar en ese lugar tan, pero tan ilegal, pero que "los carabineros han permitido porque el recinto está colapsado". Sí, claro, allá voy Juzgado de la Policía Local de Pudahuel...

Frontera Festival - Vetusta Morla
Y para Frontera Festival gente normal en todas partes. Jeans, poleras negras, jeans, zapatillas negras, jeans, mochilas grises, jeans negros, polerones azules, jockeys, normalidad, normalidad, normalidad. Gente que va por la música, gente que va a ver bandas, que se sienta en el pasto, que fondea su chela, que es fan y fue única y exclusivamente a escuchar música. ¿Hubieran disfrutado de un lugar plagado de asientos, cojines, mantas de picnic y sillones? Sí. ¿Hubiera pagado 20 lucas más para tener eso? No lo creo. No había cerveza, pero el choripan doble salía 3 lucas. Lo menciono como escala comparativa.

Por último, la razón que nos lleva a todos a asistir a eventos de este tipo: las bandas. Acá la subjetividad es infinita, pues es cosa de gustos, pero sí hay cosas objetivas que uno puede plantear: 

Frontera Festival - Aterciopelados
Frontera con unos 30 minutos de atraso en todos los escenarios... mal, imposible de organizarse, imposible anticiparse para ver un poco de esto y un poco de aquello. Pero las bandas... ¡un 7! Cada una en su estilo, ya sea punk, rock and roll, reggeaton o un mix de todo lo anterior, esta gente supo presentarse, supo entretener, supo llevar a su público. Vetusta Morla recibido por su fanaticada española, que ahí mismo me enteré que son una banda con mucho arrastre en su país natal (sí, España); Divididos sonando fuerte y duro como debe ser; Bomba Estéreo demasiado más electrónico de lo que me hubiese gustado, pero con buena puesta en escena y mucha energía; Aterciopelados, unos profesionales, impecables, entretenidos, con una voz poderosa, protestando por México, protestando por Chile; y por último, Calle 13, con un dominio absoluto del público, haciendo que nos abrazáramos, que saltáramos, que cantáramos e hiciéramos lo que sea que ellos quisieran, reclamando por las injusticias del sistema e incitándonos a no comprar su disco: "Si no tienes dinero para pan, leche y huevos, no gastes dinero en nuestro disco. Bájalo de internet". Bonitas puestas en escenas, buen sonido, mucha empatía con el público y ese sonido latino que se mete entre nota y nota, otorgando identidad. En fin, un festival con bandas que saben divertir y un público que los fue a ver a ellos.

Frontera Festival - Calle 13
Primavera Fauna otro mundo... Digamos que acá la música era la excusa para el evento, no era el evento. La razón de estar ahí no era esa banda en particular que te hace alucinar, sino más bien esa fauna de cosas que ya no quiero volver a describir. Bandas copias de otras bandas, bandas que no mostraban nada nuevo, con un tema redondito tras otro tema redondito tras otro y otro... Empezaban y uno decía "Vaya, esto suena bien", luego "Esto también suena bien, Veamos qué más hay". No hay nada más. Eso que sonó bien es lo que sonará el resto de su presentación. Llegamos a medio camino de Real Estate, que sonaba bien; pasamos a Erlend Øye and The Rainbows, una unión entre The Whitest Boy Alive y Simple Red (The Redest Boy Alive), sin jamás salirse de eso; seguimos con Maxxi Soundsystem, un remix del remix de Tecno Tronic... No aguantamos más tanta falta de originalidad y nos fuimos a pasar nuestro momento Cosmo en la carpa de Cosmopolitan (ya que las bandas no proponían nada, aprovechemos lo que propone el evento). Mogwai tenía que ser la salvación a esta sequía musical. No lo fue. Sonaron mal, demasiado saturados, el viento arruinando las ruidosas guitarras y una puesta en escena sin absolutamente nada. Tratemos con The Luminieers y ahí tuvimos el tren por excelencia de temas redonditos sin ningún riesgo, sin ninguna propuesta. A esa altura, ya había cansancio, ya habían ganas de utilizar alguno de esos rinconcitos ultra acogedores. Echadas en los muy cómodos colchones Rosen, esperamos que se acercara la hora de Tame Impala, única banda que conozco. No negaré que había miedo. Miedo de un sonido plano, del viento arruinándolo todo, de cinco chavalitos muy quietos con sus guitarras sin nada interesante que ver, descansando en su look hipster/indie que conlleva una actitud indiferente e increíblemente poco estimulante de presenciar.

Primavera Fauna - Tame Impala
Pues no. Al fin música. Al fin una banda que sabe tener influencias y transformarlas en algo nuevo. Una banda cuyos integrantes no son tan enérgicos, pero que lo compensan con una gráfica a otro nivel: simple, al ritmo de la música, enriqueciendo su sonido y haciendo que tus ojos disfrutaran tanto como tus oídos. Tame Impala salvó la noche y nos pudimos ir sintiendo que habíamos ido a presenciar música. No nos quedamos al resto, pues ya eran las doce y tanto de la noche y, la verdad de las cosas, es que no queríamos arruinar lo que nos dejó Tame Impala con otra banda copia de otra banda.

Primavera Fauna - Tame Impala
En resumidas cuentas, vemos que el mundo de los festivales ya da para cualquier cosa. Pueden estar armados en torno a bandas con trayectoria y que están ahí creando, innovando, aportando y que atraen a la gente por su música, o pueden tratarse de armar más bien una fiesta que dura todo el día, con música en vivo y muchas otras cosas que hacer a parte de escuchar música. Queda a gusto del consumidor.

lunes, 31 de marzo de 2014

Lollapalooza 2014 - Santiago, Chile, 30 de marzo 2014

Luego de una muy necesaria noche de descanso (y gran parte de la mañana), partí tipo 2:30 para ver a Johnny Marr. Esta vez no hubo incidentes espacio-temporales que pudiesen alterar mis percepciones, así que llegué bien, justo cuando estaba empezando. Yo no tenía grandes expectativas, pues había escuchado su disco solista y no me había llamado mucho la atención. Fui más que nada a ver el guitarrista de los Smiths como quien va a ver a Paul McCartney solo porque es un Beatle, pero no por la música que hace como solista.

Y qué grata sorpresa me llevé. Es un guitarrista de lo más dotado que he visto. Tranquilo, sin grandes pretensiones, tocó más que nada su propia música con un dominio que te obligaba a apreciar lo que estaba haciendo. No eran arreglos ni riffs del otro mundo, pero su actitud confiada hacía que los sintieras como grandes. Luego de pasearse por gran parte de su propio repertorio, llega a Big Mouth Strikes Again y la guitarra suena como nunca la había oído antes. Era como si de pronto la canción solo estuviese hecha por la guitarra. Sin Morrissey, sin esa voz y esa persona que te lleva a otra parte y te distrae de todo lo demás. Verlos juntos tiene que haber sido alucinante... Sigue con Word Starts Attack Getting Away With It y era tan claro la falta que le hacía la voz de Morrissey y la falta que le hace a Morrissey la guitarra de Johnny Marr. Uno sin el otro se siente cojo... Sus melodías eran preciosas, limpias, precisas, pero la voz lo perdía. Y eso mismo pasa con Morrissey: grandes letras, coros hermosos y en cuanto deja de cantar el tema se pierde sin una melodía que lo sustente. En fin, Marr sigue con un cover de I Fought the Law, coreada y disfrutada por todos y luego entra el más clásico acorde de How Soon is Now? y los fans de The Smiths emergen en coro cantando "I'm the son and the heir..." y era otra cosa esperar la guitarra y no la voz. Todos cantamos porque es la manera que tenemos de participar como público, pero en realidad lo queríamos escuchar era la melodía y todo lo que hay detrás. Luego termina con There is a Light that Never Goes Out, dedicada a todos los que estábamos ahí y no dedicada a los que no estaban (jaja), y fue agarrar un tema que ya es bello, pero presentándolo desde otro ángulo. Johnny Marr realmente me mostró una música que escucho hace años de una manera totalmente nueva. Una revelación.

Seguimos con nuestro festival y me voy a ver a Julian Casablancas. Tenía el temor de que sonara mal por los problemas en ese escenario el día anterior, así que me instalé sin muchas expectativas. Mientras espero que empiece, me tocan el hombro y ¿con quién me encuentro? ¡Jack! Me cuenta que el día anterior tampoco se quedó hasta el final y que se escuchaba muy mal, que el sonido se perdía y se saturaba. Mala señal para Casablancas, pero esperemos que entre ayer y hoy hayan arreglado el problema. Empieza el recital y no, no habían arreglado el problema. De hecho se escucha peor. El estilo de Casablancas es sucio y distorsionado de por si, pero sumado a esos amplificadores del infierno la cosa se fue a la mierda... No se entendía nada, era imposible seguir las melodías, sus temas nuevos que nadie conocía sonaban como un enredo de guitarras y voces. Nos cambiamos más hacia el centro, a ver si desde la mesa de sonido se escucha mejor. No. Nos movemos hacia la derecha, a ver si los parlantes del otro lado están mejores. No. Intentémoslo más atrás. Tampoco. No había caso. Toca 11th Dimension, lejos su mejor tema, y era espantoso. Al final lo vi entero porque él es muy carismático, un tipo buena onda que echa la talla con el público, así que sentía que abandonaría un amigo si me iba, pero la verdad es que fue un suplicio...

En fin. Nos sentamos un rato con Jack a descansar mientras esperábamos a los Pixies. Fuimos al escenario de Vampire Weekend, pero su música es demasiado happy para nosotros. No pescamos mucho a la banda y nos dedicamos a mirar a la gente. Súper mega adolescente el público. Miles de niñas peinaditas con sus pelos largos adornados con flores, shorts y pequeñas poleras que las harían sufrir en un rato más cuando la temperatura bajara peligrosamente. Muchas barbas cuidadas y lentes de marcos muy negros. Pelos bien peinados y camisas abotonadas. Muchos, muchos extranjeros, de esos rubios que uno sabe que no son de acá. Y rockeros con sus poleras negras de NIN o Soundgarden. Familias con niños y bebés y globos de colores. El público era un espectáculo en si mismo.

Se va acercando la hora y le digo a Jack que quiero estar muy, muy, muy adelante para los Pixies. Si se va a escuchar como el ajo de nuevo, prefiero al menos estar ahí mismo delante del escenario y distraerme con ellos. Jack, menos fan de las locuras de  las primeras filas durante un recital semi punk, decide quedarse más atrás y quedamos de juntarnos para Arcade Fire. Nos despedimos y a lo más cerca posible se ha dicho. Claramente había una alta expectativa con ellos, pues llegué media hora antes que empezara y estaba lleno. Van pasando los minutos, se sube un chavalín con una guitarra y de pronto alguien dice "¡Ahí está Frank Black". Listo, en cosa de segundos, cada integrante toma su instrumento y Bone Machine. La locura inmediata en las primeras filas se desata y todos felices de la vida saltando y cantando. Sin esperar ni un nano segundo, pasamos a Wave of Mutilation, Head On, el máximo hit Hey y de pronto "hermanita ven conmigo, hermanita ven conmigoo oo oooo!". Ya ni me acordé que habían problemas de sonido, estaba encantada por esos cuatro (te queremos Kim) al ritmo y frenesí de la banda responsable por todo lo que vino después, influenciando la música hasta el día de hoy. Tocaron 22 maravillosos temas, incluyendo su nuevo material y nos dejaron a todos con ganas de mucho más. Gouge Away, The Holyday Song, Nimrod's Son, La La Love You, Where is my Mind?, etc, etc, etc. Vale toda la pena del mundo aguantarse los empujones, codazos y pisotones que te puedan llegar con tal de ver a esos grandes así de cerca. ¡Qué deleite!

Termino agotada pero feliz de haberle dado todo a tamaña banda y me voy con una sonrisa de oreja a oreja a juntarme con Jack y ver a Arcade Fire. La expectativa era grande. Una banda totalmente hija de su época, la mejor representante del indie en este festival, con 20 personas arriba del escenario vestidas para dar un espectáculo. Yo no los cachaba mucho, más que nada los temas del álbum Funeral, pero me gusta eso de ver una banda que algo conoces, pero que en realidad no sabes muy bien qué esperar. Mucho más fácil sorprenderse. ¡Y vaya sorpresa! Sonaron impecables, recibidos por una fanaticada masiva que coreaba sus temas uno tras otro. Una puesta en escena acorde a los tiempos que vivimos, con mucho color y movimiento. Un pequeño escenario ubicado entre el público, frente a la mesa de sonido, fue el foco de la destrucción de un tambor, de un hombre vestido de espejos y de Régine Chassagne envolviendo a todos en su carisma y talento. Jack estaba alucinando. Mucho más fan que yo, era parte de esa multitud que se notaba que los llevaba en la sangre y que vibraba con cada tema. Finalmente hacen una pequeña pausa y aparecen en el escenario 4 o 5 individuos con máscaras gigantes diciendo, en inglés, que Johnny Marr estaba ahí con ellos y de la nada empieza There is a Light that Never Goes Out, pero algo suena raro. Surge la voz y era la versión en español  que no tengo idea cómo sabían ellos que existía. En la mitad, la canción se corta con un Win Butler reclamando "¿Qué onda? ¿Nos vamos 5min y suben a otra banda?". Excelente momento de humor. Esa multitud de músicos retoma sus instrumentos y vamos con Normal Person, Here Comes the Night Time y el muy esperado Wake Up, el mejor tema que existe para terminar un recital. A esa altura ya teníamos chayas en el pelo, sonrisas en la cara y un cansancio solo superado por la emoción de estar presenciando algo de ese nivel. Fue realmente una joya perfectamente pulida y presentada sin saturar con su esplendor. Fantástico.

Ahora, ya al final de este largo fin de semana, le tocaba a Soundgarden. Otro estado, nada que ver con lo que habíamos visto recién. Jack, agotado, se fue sin verlos, pero pude toparme con Diego Metal (quien de nuevo se había pasado, pero esta vez con la ayuda de un amigo que trabajó en el festival). Había llegado recién y vimos juntos los primeros temas, pero yo ya no tenía nada más que entregar y lo dejé mientras él se acercaba a rockear al estilo Seattle. Pude ver Spoonman, Balck Hole Sun y para cuando llegaron a My Wave yo ya estaba en camino hacia la salida. Después Diego me contó que estuvo buenísimo, pero mucho hit, que faltó un poco de esos temas dedicados a los fans más acérrimos, pero bueno, es un festival y así es como hay que enfrentarlo. Y sí, el sonido dejó mucho que desear... Lamentable Claro Stage.

Entonces, por lo que vi, el premio a mejor presentación se lo doy a Nine Inch Nails y a Arcade Fire. Debería dárselo solo a uno, pero mi opinión está sesgada porque soy mucho más fan de NIN, pero Arcade Fire realmente deslumbró. Y revelación fue el viejo Johnny Marr por darle toda una nueva dimensión a una música que vengo escuchando hace años.

Y ese fue mi Lollapalooza. Lo notable que ocurrió en esta ocasión es que tuvimos una especie de historia de la música, donde NIN, Johnny Marr y los Pixies son esas bandas responsables de la música que existe hoy, con Arcade Fire o Julian Casablancas (The Strokes). Padres e hijos compartiendo escenarios ¿qué más podemos pedir?

El setlist de Johnny Marr, Julian Casablancas, Pixies, Arcade Fire y Soudngarden.

Lollapalooza 2014 - Santiago, Chile, 29 de marzo 2014

Mi relato este año parte tarde en el día sábado. Sí sé que debería haber llegado más temprano para ver a Cage the Elephant e Imagine Dragons, pero ciertas situaciones que te hacen perder la noción del tiempo (censuradas para estos medios, pero digamos que había humo) me atraparon y finalmente llegué tipo 5:30... Y lo peor de todo es que ni siquiera puedo dar testimonios de la nada que vi de Imagine Dragons. Pero todo bien, el sábado no era día de grandes paseos para mí porque, a parte de Nine Inch Nails, no habían muchas bandas que realmente quisiera ver.

Problemas temporales a parte, este año tuve la suerte de encontrarme con más amigos de lo esperado en un festival como este. Digamos que entre 80.000 personas reconocer algún rostro es tarea que supera las habilidades de, al menos, mi cerebro. Sin embargo, cuando mi mente ya se despejaba, partí a Phoenix y adivinen con quién me encuentro: ¡Jack! Ahí estaba muy instalado esperando a Phoenix. Estaba solo porque se perdió de sus amigos cuando vieron a Cage the Elephant. Acostumbrado a los desencuentros, estaba feliz ahí de pie, mirando la hora en su teléfono.

Al rato se silencia el CocaCola Stage y en unos minutos emerge Phoenix. Parte con Entertainment seguida de Lasso, gran hit. Todos cantan y bailan, pero lo cierto es que se escucha horrible. Muy saturado, algo pasaba con los amplificadores porque esa no es la calidad de sonido que estos festivales entregan. De todos modos, era el segundo tema, de más que lo arreglan todo, ajustando aquí y allá. No. Pasan a Liztomania, aún mayor hit, y nos miramos con Jack con cara de "aquí hay algo raro". Lamentable, porque a una banda pulcra como esa, esas fallas en el sonido la liquidan. Seguimos con Long Distance Call y esa fue toda la mala calidad acústica que pude aguantar... Igual lo mini disfruté, pero opté por irme pronto a Nine Inch Nails para agarrar buen lugar. Dejé a Jack con la intención de juntarnos ahí mismo para Red Hot y partí en dirección al CocaCola Stage.

En el trayecto sorpresa nuevamente: Diego Metal estaba ahí con su señora, tan emocionado como yo de tener la oportunidad de ver tamaña banda por segunda vez. Nos quedamos conversando mientras esperábamos a NIN y Diego M me cuenta cómo logró entrar*.

DM: "Yo no tenía lucas pa comprarme la entrada, pero estaba full decidido a ver a NIN, así que tenía que pasarme no más. Llegamos hace como una hora y media. Dimos vueltas por todo el parque, pero no había caso, habían guardias en todas partes, con perros y todo. Nos cruzamos con unos locos que andaban en las mismas y nos dijeron que un poco más allá había una escalera, que probáramos. No teníamos nada que perder, así que fuimos. Encontramos la escalera, cruzamos la reja y al minuto se escuchan los guardias avisándose que nos habían visto. Salimos corriendo, pero fue imposible ganarles... Nada, nos pillaron y nos echaron. Le ofrecí lucas a uno, pero no hubo caso... Así que nos quedamos cerca de una entrada, semi fondeados, pero nos tenían mega cachados. Ahí ya decidimos irnos no más y nos fuimos caminando cerca de la entrada. De pronto, llega un grupo de la gente de limpieza. Eran caleta de locos, con ropa semi negra y con rastrillos y escobas a los hombros. Le dije a mi señora "mezclémonos con ellos", pero en talla, y ella apañó al toque. Nos metimos entre medio y uno de ellos me pasa un rastrillo. Me di vuelta la polera, pa quedar de negro como ellos, me puse el rastrillo al hombro y con cara de "puta la pega de mierda esta..." intenté mimetizarme. Nos íbamos acercando a la entrada y nadie decía nada. Uno de los guardias miró a mi señora, que andaba con un bolso, pero no dijo nada. Yo caminaba y pensaba "¡no puedo creer que esta hueá está funcionando!". Pasamos los guardias y uno de los locos me toma el rastrillo y me dice "dale, váyanse ahora". ¡Y entramos, hueón! ¡Jajajajaja!"

¡Diego Metal eres un grande!

En fin, emocionados por la banda y por su insólita suerte, nos preparamos para recibir la oscuridad y potencia de NIN. Se apaga el sonido en el Claro Stage y pronto empiezan a sonar sintetizadores en nuestro escenario. Una pequeña introducción con algo de Hesitation Marks y de pronto Wish golpeándote con todo. ¡Qué manera de empezar! Con eso ya nos dejaron claro que este sería un recital rudo, fuerte, de los que te sacuden las tripas. Nos pasamos a 1.000.000 y Letting You de su penúltimo disco The Slip, con una batería que sonaba impecable. Una pequeña pausa a todo ese frenesí con Me, I'm Not. Un sonido envolvente, denso, exquisitamente ejecutado. Cada músico en su lugar, manipulando las máquinas e instrumentos, acompañados de las luces perfectamente sincronizadas. Terrible Lie nos saca de la hipnosis y todos gritando con Trent en este gran hit de su primer disco (sí señores, así empezó Nine Inch Nails). Sin descanso, viene March of the Pigs y ahí sí que la exaltación era absoluta, totalmente dominados por esa batería, esa guitarra sucia y ese piano inesperado que hace de este tema el gran hit que es. Y de un piano a otro entramos lentamente a Something I Can Never Have, creando el ambiente suicida clásico de Nine Inch Nails. Reptile se encarga de sumirnos en la densidad una vez más, atrapándonos con ese sonido pesado y rítmico, teñido de verde e interrumpido por un breve "Oh my beautiful liar...". Pasamos a lo muy viejo con Sanctified seguido de lo muy nuevo con Dissapointed. Volvemos a los grandes hits y la batería de Burn se encarga de traernos de vuelta el NIN de los '90, para luego darle paso al hit del momento Came Back Haunted, dándonos una muestra casi literal de cómo ha evolucionado la banda, haciéndose cada vez más electrónica y menos análoga. NIN nos mantiene a todos atrapados hasta que llega Hand Covers Bruise, soundtrack de la peli "The Social Network", cuando finalmente podemos descansar un poco y simplemente escuchar. Mantenemos el estupor con Beside You In Time y entonces el otro hit del momento: Copy of A. Pero es cuando suenan los primeros acordes de The Hand That Feeds que la cosa se sale de control y el público entero a saltar y corear ese "Just how deep do you belive? Will you bite the hand that feeds?...". ¡Uf, qué momento! Y si alguien pensaba en recuperarse, olvídenlo. Suena Head Like a Hole y finalmente miles de voces se unen y cantamos Hurt junto a Reznor y Finck. En resumen, un sonido perfecto acompañado de un juego de luces creado para potenciar los estados de ánimo más oscuros del ser humano que NIN tanto adora evocar.

Extasiados, nos vamos caminando hacia el Claro Stage a ver un poco de Red Hot Chili Peppers. Diego M y su señora se despiden (el rock californiano no es lo suyo) y me encuentro de nuevo con Jack. Pero la verdad es que lo di todo en NIN y todavía me quedaba una larga jornada para el día siguiente, así que vi solo unos cuantos temas y me fui. Acá volver a mencionar el precario sonido del Claro Stage. Algo pasaba... No era solo el viento, era una saturación de los amplificadores que arruinaba cualquier intento de distorsión traído por el instrumento que fuese, incluyendo la voz. Todos sonaron mal ahí y mi preocupación creció cuando vi que Julian Casablancas y los grandes Pixies tocarían ahí al día siguiente... Cruzando los dedos para que lo arreglen...

El setlist de PhoenixNine Inch Nails y Red Hot Chilli Peppers.

*Esta historia es absolutamente cierta. La única diferencia es que el verdadero Diego Metal lo hizo el domingo para ver a Soundgarden.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Parodia a Trent Reznor

Hay gente muy atinada en este mundo. Acá les dejo a uno de estos ejemplares haciendo la crítica más acertada, original y graciosa que he visto a la música de Nine Inch Nails. Por favor veánlo, es tal cual (sin desmerecer a la banda, claro está, que es una de las más grandes).


domingo, 23 de febrero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: El ciudadano Jack a punto de desaparecer para siempre

Era tarde ya, bastante tarde. Bastante tarde además para ser un lunes. Uno no está a las 12 de la noche en una esquina mal iluminada esperando a nadie. Pero ahí estaba Jack, esperando a Pedro. Según su recientemente adquirido IPhone, Pedro llevaba 17 minutos tarde. Sí, ya eran las 12:17 de la noche de un lunes y ahí estaba Jack esperando a Pedro.

No era un barrio particularmente peligroso ni mucho menos, pero esto es Santiago. Cosas extrañas ocurren en Santiago. Jack lo sabía.

El farol que llevaba titilando toda la noche finalmente se apaga y la esquina queda aún peor iluminada. Dios, qué mal pinta esto. Jack duda de si volver a sacar el IPhone, no vaya a ser que tiente a algún ladrón al acecho, pero en realidad no hay nadie. Nadie de nadie. Ni Pedro, la ausencia más notada por el único presente en esa esquina (me refiero a Jack, por si acaso). Saca el IPhone y son las 12:21. Curioso ahí como se muestran los números reflejados, el 1, luego el 2, el 2 de nuevo y el 1 al final… y nada de Pedro.

De pronto un auto negro aparece dando la vuelta en la esquina. Disminuye la velocidad y se acerca a Jack. El vidrio polarizado de atrás se abre y Jack ve a un señor mayor, muy peinado hacia un lado. El señor lo queda mirando un segundo y le hace una señal de negación al conductor. Cierra el vidrio y se van con un leve chirrido de las ruedas.

Muy bien Pedro, 22 minutos es todo lo tarde que podrías haber llegado. Jack se mete las manos a los bolsillos y camina lo más rápido posible sin que parezca que corre.

miércoles, 29 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Diego Metal difunde el rock

Acompañamos a Diego Metal durante una de sus campañas de difusión del metal. Nos subimos a una micro a eso de las 3 de la tarde. No había tanta gente, estaba tranquilo.

DM: Me gustan mucho estas incursiones que hago. Es la mejor manera de acercar la música a la gente, llevársela ahí mismo donde están ellos.

RP: ¿Y qué tema tocarás hoy?

DM: Se llama ”Una jornada en el infierno”. Lo compuse hace tiempo, cuando andaba medio bajoneao, pero me gusta mucho, me recuerda que la vida es dura, pero que uno nunca debe desistir.

Nos subimos a una micro cualquiera. Me siento a observarlo y a observar a los pasajeros. A ver cómo le va a Eme.

DM: Estimados pasajeros, hoy quiero compartir con uds un tema muy especial para mí. Espero que les guste y haga su viaje más interesante.

Eme toma su guitarra de palo (dice que lo hizo alguna vez con una eléctrica, pero lo echaron de la micro), una señora sentada en frente levanta una ceja y un cabro que está más al fondo se acerca para mirarlo. El resto no le pone mucha atención.

DM: “Este tema se llama ‘Una jornada en el infierno’”.

Y la guitarra empieza a sonar: Dumdumdumdumdumdumdumdumdumdum – Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu¡No! ¡No! ¡No! ¡Noooooo! – Dumdumdumdumdumdumdum – No hay Dios. No hay Cielo. Solo hay Infierrrrrrrrnoooooo – Dumdumdumdumdumdumdumdumdum

Y así va. La señora lo mira con cara de “¿qué le pasa?”, el cabro sonríe y mini cabecea, un señor que estaba hipnotizado por su teléfono sale de su trance, se ríe y le saca una foto. El chofer mira por el retrovisor, pero está más sorprendido que molesto. En general, el efecto es menos alarmado de lo que hubiese esperado.

DM: Gracias a todos, espero que les haya gustado. Si alguien quiere contribuir será muy bien venido, pero esto es más que nada para difundir la música. Gracias.

Le dan mucha más plata de lo esperado. El efecto sorpresa los tiene a todos semi encantados con este personaje y lo apoyan. Le dan palmadas en la espalda y le estrechan la mano. Todo un éxito.

Nos bajamos y los pasajeros lo despiden.

DM: Bueno, antes tocaba unos tres temas, pero la gente se espantaba mucho. Ahora toco solo uno y como que les gusta. Hasta me han preguntado mi nombre y si tengo banda. Chistoso.

Diego Eme está feliz. Se sube a la siguiente micro y se despide desde la puerta. El metal seguirá paseando por los recorridos del Transantiago. Gracias Diego Metal.

viernes, 24 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Pixie nos trae el Código Felino

Ay los humanos… Hay que explicarles todo y si lo pones en una lista, mejor. Así que para esta especie tan básica les dejo el Código Felino:

1. Es deber de todo gato ignorar el llamado de su persona. Puede acceder a él en caso de que haya una real promesa de comida, caricias o juegos y de que, claro está, el gato tenga ganas de comer, regalonear o jugar;

2. El gato puede hacer algún gesto de reconocimiento a dicho llamado, como mover alguna oreja o abrir un poco los ojos, pero esto es opcional;

3. Está terminantemente prohibido reconocer el llamado de alguien que NO sea su persona;

4. Los gatos nunca se caen, ni dan traspiés, ni chocan con nada, ni calculan mal un salto, ni nada que tenga que ver con accidentes del estilo. Todos sus movimientos son intencionales;

5. Si aparece un gato nuevo en su territorio es deber de todo gato desplegar su enorme capacidad vocal. Todo tipo de ruidos son aceptados y uñas y dientes deben desplegarse en su máxima capacidad;

6. Todo gato macho debe luchar hasta morir por una gata en celo;

7. Toda gata en celo debe intentar seducir a cualquier especie que tenga cerca;

8. Está prohibido realizar trucos para las personas con el objetivo de conseguir comida. El que lo haga que sepa desde ya que ha bajado al nivel de perro;

9. Todo gato tiene el derecho de acostarse donde le plazca. Si no cabe, pues que se contorsione y se amolde al lugar. Si su persona dejó su colección de tenedores en su rincón favorito, pues nada, te aguantas pero no te mueves;

10. Todo gato tiene el derecho de acostarse sobre su persona durante el invierno. Las caricias recibidas son opcionales;

11. Si su persona lo está mirando, el gato debe entrecerrar los ojos. Si su persona también los entrecierra se considerará que la comunicación se ha completado. Es opción del gato seguir o no;

12. Si un gato quiere jugar, es su deber hinchar hasta que su persona acceda al juego. Si no lo hace, está habilitado para cambiar de persona. Ídem para las caricias y la comida;

13. Al contrario, si el gato no quiere jugar, es su deber ignorar a su persona y burlarse internamente de él/ella. Ídem para caricias y comida;

14. Está permitido jugar con objetos claramente inanimados, como palitos, bolitas o plumas, siempre y cuando el fin último sea mantenerse en forma para cuando tenga la oportunidad de cazar un verdadero cóndor;

15. Es deber de todo gato cazar algún animal alguna vez en su vida y entregárselo a su persona. Que les quede claro que conviven con animales letales;

16. Los niños son considerados animales peligrosos. Aquellos que logren tolerarlos recibirán un lugar de honor en el cielo de los gatos;

17. Si su persona está leyendo, es deber del gato acompañarlo y su compañía tiene que ser notada. Para ello, lo más recomendable es acostarse delante o sobre lo que lee;

18. Es deber del gato acompañar a su  persona al menos 7h al día. Basta con que esté presente en la misma sala. El contacto físico es opcional;

19. Todo gato debe saludar a su persona cuando llegue a su casa. La intensidad del saludo queda a decisión del gato, pero al menos un movimiento de oreja será exigido. No somos animales sin corazón;

20. Bajo la misma lógica, todo gato debe extrañar a su persona si esta se ausenta por un período de tiempo prolongado (más de un día). Está permitido bajar sus niveles de actividad e ir a mirar a la habitación de su persona a ver si es que ya volvió;

21. Todo gato debe intentar lograr que su persona le dé agua del grifo. Algunas se negarán. En ese caso, se debe buscar otra manera de obtener agua, pero tomarla del platito que deja su persona solo será aceptado en caso de vida o muerte;

22. Todo gato debe lamerse completamente dos veces al día. No es necesario hacerlo en una sola sesión, pero su lengua debe pasar dos veces por todas partes. Si tienes compañeros gatos, su ayuda es aceptada y bienvenida;

23. Los lugares aceptados para recibir caricias son: cachetes, cuello, detrás de las orejas y lomo. En cualquier otro lugar la respuesta debe ser severa (uso de uñas y dientes es recomendado);

24. Al dormir en la noche en la cama de su persona, es deber de todo gato ocupar toda la superficie de la cama durante el período de tiempo que dure el sueño de su persona. Si cuenta con la presencia de otros gatos, es deber de todos cumplir esta misión;

25. En el invierno, todo gato debe dormir pegado a su persona. Si opta por entrar debajo de las frazadas que sepa que está prohibido salir hasta que amanezca o necesite ir al baño. La falta de oxígeno no es excusa;

26. Por supuesto que todo gato debe tapar la caca o pipí que haga. Esto es sentido común;

27. Si su persona abre algo especialmente apetitoso en la cocina, como una lata de atún, es deber de todo gato maullar histéricamente hasta lograr que su persona lo comparta con él/ella;

28. Todo gato, absolutamente todo gato, debe arañar repetidamente al menos un objeto de su hogar. Lo más común es el sofá del living, pero alfombras, papel mural o sillones también son aceptados;

29. Aquellos gatos que dispongan de visillos en sus ventanas, tienen la obligación de encaramarse, sin importar lo furioso que se ponga su persona;

30. Es deber de todo gato explorar cajas, bolsas, mochilas, aperturas en las frazadas o cualquier otro rincón en que el que puedan esconderse seres diminutos;

31. Si un gato descubre un nuevo lugar que no ha explorado es su obligación entrar y hacerlo, sin preocuparse si después podrá salir. Para eso está su persona.

Esto es lo más escencial para uds. humanos a los que hay que explicarles todo. El resto es confidencial.

miércoles, 15 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Pixie

Este calor del infierno me está matando. Ya no sé cómo esparramarme más. Tal vez si cambio de lugar… A ver, la impresora está como alta, puede funcionar. ¡Funciona! Aaaaah… una siesta al fin.

Chanfle, la impresora se calentó… Voy a bajar al baño, la baldosa esa como que siempre está fresquita. Ay no, no llego, mejor me quedo aquí no más al lado de la impresora. Mmm, como que no quepo muy bien. No importa, apoyaré la cabeza en el scáner no más. Igual está más fresquito que la impresora.

Pauli se ha levantado. Se dirige a la puerta. ¡Está en el patio! Ya, resiste, resiste, no puedo moverme con este calor. Pero ¿qué estará haciendo? ¿Estará mirando sus plantas de frutillas? ¿Estará regando? ¿ESTARÁ A PUNTO DE MOVER UNA RAMITA? ¿Y SI ESTÁ MOVIENDO UNA RAMITAAAAA? (dilatación de pupila nivel completo).

No está moviendo una ramita. Está efectivamente mirando sus frutillas. ¿Habrá algo nuevo hoy? Mejor me acerco bien de cerca para ver que está mirando. Nada nuevo. Pero me ha visto y me rasca la cabeza. No me gusta que me rasque la cabeza mientras intento descubrir por qué esas plantas la fascinan tanto.

… y me toma en brazos. Contaré hasta diez y punto. Qué manía de tomarme en brazos…

- Hola Pollita. - ya, ya, si es amorosa. No le clavaré mis colmillos en el cuello. ¡Pero ya bájame de una vez! - Ya, bájate gato impaciente.

- Mira Pixie ¿qué tengo aquí? - ¡noooooooooo! ¡Tiene una ramitaaaaaaaa!

¿Qué hago? ¿Qué hago? Me voy a esconder aquí. No, aquí. No, aquí mejor. Bah, quedé de espalda y no la veo. ¡Cámbiate de posición gato estúpido! Ay, la está moviendo ¡la está moviendo!

Derecha-izquierda-derecha-adelante-corre-¡la toqué!-sigue corriendo-sube por el árbol-¡la tengo!

Bueno, aquí la tengo atrapada en mi hocico lleno de letales dientes. Bajaré de este árbol con mi presa completamente atrapada. Ah, qué satisfacción. Ahora puedo dejarla aquí tirada.

¡Ay no! La está tomando de nuevo. La está moviendo de nuevo. Pero si yo ya la cacé. ¡Malditas ramas inmortales! ¡No escaparás!

¡Ajá! Aquí estoy en lo alto del árbol con una rama inmortal en mi asesino hocico. Pero para ¿qué le pasa al perro de enfrente? Ah, lo van a soltar un ratito. Tan contento que se pone. Mira la cara de pavo que tiene… Y se pone a saltar y a correr hacia ninguna parte. Le lanzan un juguete y ahí sale disparado a buscarlo. ¡Y se los trae de vuelta! ¡Y se los entrega! Y se queda con cara de weón esperando que se lo lancen de nuevo. Puede estar horas en eso…

En fin, me bajaré de mi árbol con mi rama inmortal. Ya me está dando calor de nuevo.

miércoles, 8 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: El Ciudadano Jack

En realidad, Jack no es su verdadero nombre. Es que un día llegó y contó que no sé quién le había dicho que Joaquín en inglés era Jack, así que quedó como Jack para siempre, siempre, siempre. Siempre. En fin, Jack es un tipo muy simpático. De esos que tienen amigos en todas partes, que cae bien a la primera, que siempre tiene esa talla lista para el momento preciso. El punto es que ahora todos esos amigos que ha conocido lo extrañan porque Jack ha desaparecido.

Era jueves y era Santiago. Se juntó con cuatro amigos: uno de toda la vida, una ex compañera de pega y dos más que en realidad eran amigas del amigo de toda la vida. Se encontraron en Provi, a eso de las 4. Más tempranito para evitar los tacos. Fueron a Flannery’s a tomar cerveza y contarse qué habían hecho para el 18. 18 de septiembre, para todos aquellos que no estén familiarizados con las festividades chilenas, es cuando celebramos nuestra independencia, o bueno ya, la “Primera Junta de Gobierno”, pero el espíritu es el mismo.

Cuando se les terminaron las cervezas alguien dijo que tenía ganas de conocer el Bar The Clinic del Centro.

- Yo tampoco lo cacho ¡vamos!
- Me dijeron que la decoración es muy chora – argumento para minas.
- Y venden buenos terremotos – argumento para minos.
- ¡¡Ya!! ¡¡Vamos!!

Ok. Fueron. Eran ya como las 5:30 y la cosa en el ultra sobrepasado tránsito de Santiago empezaba a ponerse seria. Pero nada que nuestros cinco héroes no pudiesen soportar. Llegaron al bar, juntaron unas mesas para que cupieran todos bien, pidieron los terremotos y continuaron conversando. Que no sé quién tiene una casa en Pucón, así que vamos todos para las vacaciones. Que la cagó que mega cool es Breaking Bad. Estudiemos todos química y hagamos metanfetaminas ¡Bitch! Que estaban chatos de sus pegas y que es impactante como no hay nada bueno en el fucking cine. Se terminaron los terremotos y ya nadie quería tomar más (¡era jueves!) y decidieron partir. Pagaron la cuenta, tomaron sus cosas, una última mirada de gitano para ver que no se les quedaba nada y al metro.

Nadie cachó que eran las 7pm. Entraron al tren subterráneo que una vez fuera orgullo nacional y ya no pudieron salir. Intentaron mantenerse juntos lo más posible y lograron llegar hasta el andén. Llegó el primer tren y no pudieron entrar. Llegó el segundo tren y no pudieron entrar. Llegó el tercer tren y entraron empujando a quien fuese. Etapa 1 concluida. Etapa 2: bajarse en Tobalaba y hacer el cambio de línea. Desafío nivel Dios. Salieron con otros 800 mil que tenían esa misma segunda etapa y nadie sabe como lograron mantenerse juntos. Llega el primer tren, que vieron desde lo alto de la escalera y obviamente no pudieron entrar. Llega el segundo, que ven desde la mitad de la escalera y no pudieron entrar. El pánico empieza a sentirse en la multitud. El miedo a no salir nunca de ahí. De nunca volver a tu casa y ver a tu familia. Pero ellos al menos se tenían los unos a los otros. Intentaban mantener la calma echando tallas sobre lo surreal de todo esto y lograban producir risitas nerviosas. Incluso en los extraños que los rodeaban. Llega el cuarto tren y no se pueden subir. Vamos, la 5ta es la vencida. ¡We can do it! Un par de tallas más, un autodominio increíble para no gritar y asesinar a todos los que te rodean. Llega el quinto tren. Ahora sí que sí. Una vez arriba ya todo tendrá futuro otra vez. Se abren las puertas y todos empujan. Se genera un mini caos porque solo a la mitad de la multitud les sirve el tren rojo y se empujan y se separan y de pronto se cierran las puertas y Jack queda afuera.

Jack queda afuera... Ve los rostros estrujados de sus amigos en la ventana y sabe que nunca más volverá a verlos.

viernes, 3 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Los momentos de la Hueli Carmen

Ay la edad… Llega. Nos llegará a casi todos, menos a aquellos que se las arreglen para morir antes. Antes de que las neuronas hayan desistido, renunciado o jubilado o todas las anteriores. Antes de que la memoria ya pase a ser un simple concepto en el diccionario y se transforme más bien en una mezcla de fantasía y hechos revueltos.

La Hueli Carmen no murió antes de que las neuronas le fallaran y ahora vive algunos minutos en Santiago, otros en Rancagua, unos cuantos en Brasil y su nieta Paulina ahora es su prima Laura y su hija Claudia ahora es alguien que la cuida y no recuerda a su hijo Ariel. Hasta su marido, orgullo máximo de su historia, se le está escapando en los recovecos de su agotado cerebro.

Pero sigue acá, con 90 años cumplidos, preguntándonos que a qué hora nos vamos.
- ¿A dónde hueli?
- ¡A la casa pues!
- ¿Cuál casa?
- A la… a la… de Santiago.
- En un ratito
- Mijita ¿a qué hora nos vamos?
- ¿A dónde?
- A Rancagua.
- En un rato más.
- Mijita ¿cómo nos vamos a Santiago?
- Estamos en Santiago.
- Ah… A Rancagua entonces.
- En un rato más.
- Mijita ¿a qué hora nos vamos a Santiago?
- En un rato más…

Y así pasamos el tiempo, entre que estamos en Santiago y en Rancagua. Lo único importante es que nos iremos en un ratito más.

No crean que no le hemos explicado que estamos en Santiago y que ella vive en esa casa. Pero se le olvida a los 2 min y al final solo se confunde más, así que ahora solo seguimos su hilo o línea entrecortada de pensamiento.

Pero bueno, toda esta larga introducción no es para dejarnos llevar por una confusa situación, sino para registrar esas frases únicas que solo los niños muy pequeños o los viejitos muy viejitos pueden decir.

Y la cosa va así:

Personajes:
Hueli Carmen
Fresia, señora mayor quien padece de Alzhaimer, amiga de la familia
Pauli

En el living de una casa de veraneo. Fresia y Hueli Carmen están sentadas juntas en un sofá, conversando. Pauli está sentada en otro sofá, leyendo.

Hueli Carmen: ¡Es que mi marido era tan exagerado que podía comerse un litro de helado solo!
Fresia: Ay Carmen ¿no estarás exagerando?
Hueli Carmen: ¡No! ¡Si se comía una docena de huevos al desayuno! Todo porque se volvió loco con lo de la gimnasia.
Fresia: Pero cómo alguien se va a comer una docena. Te creo media docena, pero una entera nunca.
Hueli Carmen: ¡Bueno ya! Entonces no es cierto y yo estoy inventando.
Fresia: Pero no te enojes, Carmen. A ver ¿cuándo es que Doro estaba de cumpleaños?
Hueli Carmen: A ver… El 36 de marzo parece.

Pauli sonríe y abre la boca para decir algo, pero Fresia se le adelanta.

Fresia: Sí, creo que tienes razón.

Ante eso, Pauli retoma su lectura y registra las frases para más tarde reproducírselas a oídos capaces de captar dicho absurdo…