lunes, 31 de marzo de 2014

Lollapalooza 2014 - Santiago, Chile, 29 de marzo 2014

Mi relato este año parte tarde en el día sábado. Sí sé que debería haber llegado más temprano para ver a Cage the Elephant e Imagine Dragons, pero ciertas situaciones que te hacen perder la noción del tiempo (censuradas para estos medios, pero digamos que había humo) me atraparon y finalmente llegué tipo 5:30... Y lo peor de todo es que ni siquiera puedo dar testimonios de la nada que vi de Imagine Dragons. Pero todo bien, el sábado no era día de grandes paseos para mí porque, a parte de Nine Inch Nails, no habían muchas bandas que realmente quisiera ver.

Problemas temporales a parte, este año tuve la suerte de encontrarme con más amigos de lo esperado en un festival como este. Digamos que entre 80.000 personas reconocer algún rostro es tarea que supera las habilidades de, al menos, mi cerebro. Sin embargo, cuando mi mente ya se despejaba, partí a Phoenix y adivinen con quién me encuentro: ¡Jack! Ahí estaba muy instalado esperando a Phoenix. Estaba solo porque se perdió de sus amigos cuando vieron a Cage the Elephant. Acostumbrado a los desencuentros, estaba feliz ahí de pie, mirando la hora en su teléfono.

Al rato se silencia el CocaCola Stage y en unos minutos emerge Phoenix. Parte con Entertainment seguida de Lasso, gran hit. Todos cantan y bailan, pero lo cierto es que se escucha horrible. Muy saturado, algo pasaba con los amplificadores porque esa no es la calidad de sonido que estos festivales entregan. De todos modos, era el segundo tema, de más que lo arreglan todo, ajustando aquí y allá. No. Pasan a Liztomania, aún mayor hit, y nos miramos con Jack con cara de "aquí hay algo raro". Lamentable, porque a una banda pulcra como esa, esas fallas en el sonido la liquidan. Seguimos con Long Distance Call y esa fue toda la mala calidad acústica que pude aguantar... Igual lo mini disfruté, pero opté por irme pronto a Nine Inch Nails para agarrar buen lugar. Dejé a Jack con la intención de juntarnos ahí mismo para Red Hot y partí en dirección al CocaCola Stage.

En el trayecto sorpresa nuevamente: Diego Metal estaba ahí con su señora, tan emocionado como yo de tener la oportunidad de ver tamaña banda por segunda vez. Nos quedamos conversando mientras esperábamos a NIN y Diego M me cuenta cómo logró entrar*.

DM: "Yo no tenía lucas pa comprarme la entrada, pero estaba full decidido a ver a NIN, así que tenía que pasarme no más. Llegamos hace como una hora y media. Dimos vueltas por todo el parque, pero no había caso, habían guardias en todas partes, con perros y todo. Nos cruzamos con unos locos que andaban en las mismas y nos dijeron que un poco más allá había una escalera, que probáramos. No teníamos nada que perder, así que fuimos. Encontramos la escalera, cruzamos la reja y al minuto se escuchan los guardias avisándose que nos habían visto. Salimos corriendo, pero fue imposible ganarles... Nada, nos pillaron y nos echaron. Le ofrecí lucas a uno, pero no hubo caso... Así que nos quedamos cerca de una entrada, semi fondeados, pero nos tenían mega cachados. Ahí ya decidimos irnos no más y nos fuimos caminando cerca de la entrada. De pronto, llega un grupo de la gente de limpieza. Eran caleta de locos, con ropa semi negra y con rastrillos y escobas a los hombros. Le dije a mi señora "mezclémonos con ellos", pero en talla, y ella apañó al toque. Nos metimos entre medio y uno de ellos me pasa un rastrillo. Me di vuelta la polera, pa quedar de negro como ellos, me puse el rastrillo al hombro y con cara de "puta la pega de mierda esta..." intenté mimetizarme. Nos íbamos acercando a la entrada y nadie decía nada. Uno de los guardias miró a mi señora, que andaba con un bolso, pero no dijo nada. Yo caminaba y pensaba "¡no puedo creer que esta hueá está funcionando!". Pasamos los guardias y uno de los locos me toma el rastrillo y me dice "dale, váyanse ahora". ¡Y entramos, hueón! ¡Jajajajaja!"

¡Diego Metal eres un grande!

En fin, emocionados por la banda y por su insólita suerte, nos preparamos para recibir la oscuridad y potencia de NIN. Se apaga el sonido en el Claro Stage y pronto empiezan a sonar sintetizadores en nuestro escenario. Una pequeña introducción con algo de Hesitation Marks y de pronto Wish golpeándote con todo. ¡Qué manera de empezar! Con eso ya nos dejaron claro que este sería un recital rudo, fuerte, de los que te sacuden las tripas. Nos pasamos a 1.000.000 y Letting You de su penúltimo disco The Slip, con una batería que sonaba impecable. Una pequeña pausa a todo ese frenesí con Me, I'm Not. Un sonido envolvente, denso, exquisitamente ejecutado. Cada músico en su lugar, manipulando las máquinas e instrumentos, acompañados de las luces perfectamente sincronizadas. Terrible Lie nos saca de la hipnosis y todos gritando con Trent en este gran hit de su primer disco (sí señores, así empezó Nine Inch Nails). Sin descanso, viene March of the Pigs y ahí sí que la exaltación era absoluta, totalmente dominados por esa batería, esa guitarra sucia y ese piano inesperado que hace de este tema el gran hit que es. Y de un piano a otro entramos lentamente a Something I Can Never Have, creando el ambiente suicida clásico de Nine Inch Nails. Reptile se encarga de sumirnos en la densidad una vez más, atrapándonos con ese sonido pesado y rítmico, teñido de verde e interrumpido por un breve "Oh my beautiful liar...". Pasamos a lo muy viejo con Sanctified seguido de lo muy nuevo con Dissapointed. Volvemos a los grandes hits y la batería de Burn se encarga de traernos de vuelta el NIN de los '90, para luego darle paso al hit del momento Came Back Haunted, dándonos una muestra casi literal de cómo ha evolucionado la banda, haciéndose cada vez más electrónica y menos análoga. NIN nos mantiene a todos atrapados hasta que llega Hand Covers Bruise, soundtrack de la peli "The Social Network", cuando finalmente podemos descansar un poco y simplemente escuchar. Mantenemos el estupor con Beside You In Time y entonces el otro hit del momento: Copy of A. Pero es cuando suenan los primeros acordes de The Hand That Feeds que la cosa se sale de control y el público entero a saltar y corear ese "Just how deep do you belive? Will you bite the hand that feeds?...". ¡Uf, qué momento! Y si alguien pensaba en recuperarse, olvídenlo. Suena Head Like a Hole y finalmente miles de voces se unen y cantamos Hurt junto a Reznor y Finck. En resumen, un sonido perfecto acompañado de un juego de luces creado para potenciar los estados de ánimo más oscuros del ser humano que NIN tanto adora evocar.

Extasiados, nos vamos caminando hacia el Claro Stage a ver un poco de Red Hot Chili Peppers. Diego M y su señora se despiden (el rock californiano no es lo suyo) y me encuentro de nuevo con Jack. Pero la verdad es que lo di todo en NIN y todavía me quedaba una larga jornada para el día siguiente, así que vi solo unos cuantos temas y me fui. Acá volver a mencionar el precario sonido del Claro Stage. Algo pasaba... No era solo el viento, era una saturación de los amplificadores que arruinaba cualquier intento de distorsión traído por el instrumento que fuese, incluyendo la voz. Todos sonaron mal ahí y mi preocupación creció cuando vi que Julian Casablancas y los grandes Pixies tocarían ahí al día siguiente... Cruzando los dedos para que lo arreglen...

El setlist de PhoenixNine Inch Nails y Red Hot Chilli Peppers.

*Esta historia es absolutamente cierta. La única diferencia es que el verdadero Diego Metal lo hizo el domingo para ver a Soundgarden.

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