viernes, 3 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Los momentos de la Hueli Carmen

Ay la edad… Llega. Nos llegará a casi todos, menos a aquellos que se las arreglen para morir antes. Antes de que las neuronas hayan desistido, renunciado o jubilado o todas las anteriores. Antes de que la memoria ya pase a ser un simple concepto en el diccionario y se transforme más bien en una mezcla de fantasía y hechos revueltos.

La Hueli Carmen no murió antes de que las neuronas le fallaran y ahora vive algunos minutos en Santiago, otros en Rancagua, unos cuantos en Brasil y su nieta Paulina ahora es su prima Laura y su hija Claudia ahora es alguien que la cuida y no recuerda a su hijo Ariel. Hasta su marido, orgullo máximo de su historia, se le está escapando en los recovecos de su agotado cerebro.

Pero sigue acá, con 90 años cumplidos, preguntándonos que a qué hora nos vamos.
- ¿A dónde hueli?
- ¡A la casa pues!
- ¿Cuál casa?
- A la… a la… de Santiago.
- En un ratito
- Mijita ¿a qué hora nos vamos?
- ¿A dónde?
- A Rancagua.
- En un rato más.
- Mijita ¿cómo nos vamos a Santiago?
- Estamos en Santiago.
- Ah… A Rancagua entonces.
- En un rato más.
- Mijita ¿a qué hora nos vamos a Santiago?
- En un rato más…

Y así pasamos el tiempo, entre que estamos en Santiago y en Rancagua. Lo único importante es que nos iremos en un ratito más.

No crean que no le hemos explicado que estamos en Santiago y que ella vive en esa casa. Pero se le olvida a los 2 min y al final solo se confunde más, así que ahora solo seguimos su hilo o línea entrecortada de pensamiento.

Pero bueno, toda esta larga introducción no es para dejarnos llevar por una confusa situación, sino para registrar esas frases únicas que solo los niños muy pequeños o los viejitos muy viejitos pueden decir.

Y la cosa va así:

Personajes:
Hueli Carmen
Fresia, señora mayor quien padece de Alzhaimer, amiga de la familia
Pauli

En el living de una casa de veraneo. Fresia y Hueli Carmen están sentadas juntas en un sofá, conversando. Pauli está sentada en otro sofá, leyendo.

Hueli Carmen: ¡Es que mi marido era tan exagerado que podía comerse un litro de helado solo!
Fresia: Ay Carmen ¿no estarás exagerando?
Hueli Carmen: ¡No! ¡Si se comía una docena de huevos al desayuno! Todo porque se volvió loco con lo de la gimnasia.
Fresia: Pero cómo alguien se va a comer una docena. Te creo media docena, pero una entera nunca.
Hueli Carmen: ¡Bueno ya! Entonces no es cierto y yo estoy inventando.
Fresia: Pero no te enojes, Carmen. A ver ¿cuándo es que Doro estaba de cumpleaños?
Hueli Carmen: A ver… El 36 de marzo parece.

Pauli sonríe y abre la boca para decir algo, pero Fresia se le adelanta.

Fresia: Sí, creo que tienes razón.

Ante eso, Pauli retoma su lectura y registra las frases para más tarde reproducírselas a oídos capaces de captar dicho absurdo…

3 comentarios:

  1. jajajajajajaj notable!
    el apoyo visual esta maravilloso!

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  2. Conversar con mi querida viejita es un delicioso viaje por un mundo subrrealista. Un entrar de zopetón y sin aviso al Pais de las Maravillas.
    Te adoro viejita linda.

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