Este calor
del infierno me está matando. Ya no sé cómo esparramarme más. Tal vez si cambio
de lugar… A ver, la impresora está como alta, puede funcionar. ¡Funciona!
Aaaaah… una siesta al fin.
Chanfle, la
impresora se calentó… Voy a bajar al baño, la baldosa esa como que siempre está
fresquita. Ay no, no llego, mejor me quedo aquí no más al lado de la impresora.
Mmm, como que no quepo muy bien. No importa, apoyaré la cabeza en el scáner no
más. Igual está más fresquito que la impresora.
Pauli se ha
levantado. Se dirige a la puerta. ¡Está en el patio! Ya, resiste, resiste, no
puedo moverme con este calor. Pero ¿qué estará haciendo? ¿Estará mirando sus
plantas de frutillas? ¿Estará regando? ¿ESTARÁ A PUNTO DE MOVER UNA RAMITA? ¿Y
SI ESTÁ MOVIENDO UNA RAMITAAAAA? (dilatación de pupila nivel completo).
No está
moviendo una ramita. Está efectivamente mirando sus frutillas. ¿Habrá algo
nuevo hoy? Mejor me acerco bien de cerca para ver que está mirando. Nada nuevo.
Pero me ha visto y me rasca la cabeza. No me gusta que me rasque la cabeza
mientras intento descubrir por qué esas plantas la fascinan tanto.
… y me toma
en brazos. Contaré hasta diez y punto. Qué manía de tomarme en brazos…
- Hola Pollita. - ya, ya, si es amorosa. No le clavaré mis colmillos en el cuello.
¡Pero ya bájame de una vez! - Ya, bájate gato impaciente.
- Mira Pixie
¿qué tengo aquí? - ¡noooooooooo! ¡Tiene una ramitaaaaaaaa!

Derecha-izquierda-derecha-adelante-corre-¡la
toqué!-sigue corriendo-sube por el árbol-¡la tengo!
Bueno, aquí
la tengo atrapada en mi hocico lleno de letales dientes. Bajaré de este árbol
con mi presa completamente atrapada. Ah, qué satisfacción. Ahora puedo dejarla
aquí tirada.
¡Ay no! La
está tomando de nuevo. La está moviendo de nuevo. Pero si yo ya la cacé.
¡Malditas ramas inmortales! ¡No escaparás!
¡Ajá! Aquí
estoy en lo alto del árbol con una rama inmortal en mi asesino hocico. Pero
para ¿qué le pasa al perro de enfrente? Ah, lo van a soltar un ratito. Tan
contento que se pone. Mira la cara de pavo que tiene… Y se pone a saltar y a
correr hacia ninguna parte. Le lanzan un juguete y ahí sale disparado a
buscarlo. ¡Y se los trae de vuelta! ¡Y se los entrega! Y se queda con cara de
weón esperando que se lo lancen de nuevo. Puede estar horas en eso…
En fin, me
bajaré de mi árbol con mi rama inmortal. Ya me está dando calor de nuevo.
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