miércoles, 29 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Diego Metal difunde el rock

Acompañamos a Diego Metal durante una de sus campañas de difusión del metal. Nos subimos a una micro a eso de las 3 de la tarde. No había tanta gente, estaba tranquilo.

DM: Me gustan mucho estas incursiones que hago. Es la mejor manera de acercar la música a la gente, llevársela ahí mismo donde están ellos.

RP: ¿Y qué tema tocarás hoy?

DM: Se llama ”Una jornada en el infierno”. Lo compuse hace tiempo, cuando andaba medio bajoneao, pero me gusta mucho, me recuerda que la vida es dura, pero que uno nunca debe desistir.

Nos subimos a una micro cualquiera. Me siento a observarlo y a observar a los pasajeros. A ver cómo le va a Eme.

DM: Estimados pasajeros, hoy quiero compartir con uds un tema muy especial para mí. Espero que les guste y haga su viaje más interesante.

Eme toma su guitarra de palo (dice que lo hizo alguna vez con una eléctrica, pero lo echaron de la micro), una señora sentada en frente levanta una ceja y un cabro que está más al fondo se acerca para mirarlo. El resto no le pone mucha atención.

DM: “Este tema se llama ‘Una jornada en el infierno’”.

Y la guitarra empieza a sonar: Dumdumdumdumdumdumdumdumdumdum – Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu¡No! ¡No! ¡No! ¡Noooooo! – Dumdumdumdumdumdumdum – No hay Dios. No hay Cielo. Solo hay Infierrrrrrrrnoooooo – Dumdumdumdumdumdumdumdumdum

Y así va. La señora lo mira con cara de “¿qué le pasa?”, el cabro sonríe y mini cabecea, un señor que estaba hipnotizado por su teléfono sale de su trance, se ríe y le saca una foto. El chofer mira por el retrovisor, pero está más sorprendido que molesto. En general, el efecto es menos alarmado de lo que hubiese esperado.

DM: Gracias a todos, espero que les haya gustado. Si alguien quiere contribuir será muy bien venido, pero esto es más que nada para difundir la música. Gracias.

Le dan mucha más plata de lo esperado. El efecto sorpresa los tiene a todos semi encantados con este personaje y lo apoyan. Le dan palmadas en la espalda y le estrechan la mano. Todo un éxito.

Nos bajamos y los pasajeros lo despiden.

DM: Bueno, antes tocaba unos tres temas, pero la gente se espantaba mucho. Ahora toco solo uno y como que les gusta. Hasta me han preguntado mi nombre y si tengo banda. Chistoso.

Diego Eme está feliz. Se sube a la siguiente micro y se despide desde la puerta. El metal seguirá paseando por los recorridos del Transantiago. Gracias Diego Metal.

viernes, 24 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Pixie nos trae el Código Felino

Ay los humanos… Hay que explicarles todo y si lo pones en una lista, mejor. Así que para esta especie tan básica les dejo el Código Felino:

1. Es deber de todo gato ignorar el llamado de su persona. Puede acceder a él en caso de que haya una real promesa de comida, caricias o juegos y de que, claro está, el gato tenga ganas de comer, regalonear o jugar;

2. El gato puede hacer algún gesto de reconocimiento a dicho llamado, como mover alguna oreja o abrir un poco los ojos, pero esto es opcional;

3. Está terminantemente prohibido reconocer el llamado de alguien que NO sea su persona;

4. Los gatos nunca se caen, ni dan traspiés, ni chocan con nada, ni calculan mal un salto, ni nada que tenga que ver con accidentes del estilo. Todos sus movimientos son intencionales;

5. Si aparece un gato nuevo en su territorio es deber de todo gato desplegar su enorme capacidad vocal. Todo tipo de ruidos son aceptados y uñas y dientes deben desplegarse en su máxima capacidad;

6. Todo gato macho debe luchar hasta morir por una gata en celo;

7. Toda gata en celo debe intentar seducir a cualquier especie que tenga cerca;

8. Está prohibido realizar trucos para las personas con el objetivo de conseguir comida. El que lo haga que sepa desde ya que ha bajado al nivel de perro;

9. Todo gato tiene el derecho de acostarse donde le plazca. Si no cabe, pues que se contorsione y se amolde al lugar. Si su persona dejó su colección de tenedores en su rincón favorito, pues nada, te aguantas pero no te mueves;

10. Todo gato tiene el derecho de acostarse sobre su persona durante el invierno. Las caricias recibidas son opcionales;

11. Si su persona lo está mirando, el gato debe entrecerrar los ojos. Si su persona también los entrecierra se considerará que la comunicación se ha completado. Es opción del gato seguir o no;

12. Si un gato quiere jugar, es su deber hinchar hasta que su persona acceda al juego. Si no lo hace, está habilitado para cambiar de persona. Ídem para las caricias y la comida;

13. Al contrario, si el gato no quiere jugar, es su deber ignorar a su persona y burlarse internamente de él/ella. Ídem para caricias y comida;

14. Está permitido jugar con objetos claramente inanimados, como palitos, bolitas o plumas, siempre y cuando el fin último sea mantenerse en forma para cuando tenga la oportunidad de cazar un verdadero cóndor;

15. Es deber de todo gato cazar algún animal alguna vez en su vida y entregárselo a su persona. Que les quede claro que conviven con animales letales;

16. Los niños son considerados animales peligrosos. Aquellos que logren tolerarlos recibirán un lugar de honor en el cielo de los gatos;

17. Si su persona está leyendo, es deber del gato acompañarlo y su compañía tiene que ser notada. Para ello, lo más recomendable es acostarse delante o sobre lo que lee;

18. Es deber del gato acompañar a su  persona al menos 7h al día. Basta con que esté presente en la misma sala. El contacto físico es opcional;

19. Todo gato debe saludar a su persona cuando llegue a su casa. La intensidad del saludo queda a decisión del gato, pero al menos un movimiento de oreja será exigido. No somos animales sin corazón;

20. Bajo la misma lógica, todo gato debe extrañar a su persona si esta se ausenta por un período de tiempo prolongado (más de un día). Está permitido bajar sus niveles de actividad e ir a mirar a la habitación de su persona a ver si es que ya volvió;

21. Todo gato debe intentar lograr que su persona le dé agua del grifo. Algunas se negarán. En ese caso, se debe buscar otra manera de obtener agua, pero tomarla del platito que deja su persona solo será aceptado en caso de vida o muerte;

22. Todo gato debe lamerse completamente dos veces al día. No es necesario hacerlo en una sola sesión, pero su lengua debe pasar dos veces por todas partes. Si tienes compañeros gatos, su ayuda es aceptada y bienvenida;

23. Los lugares aceptados para recibir caricias son: cachetes, cuello, detrás de las orejas y lomo. En cualquier otro lugar la respuesta debe ser severa (uso de uñas y dientes es recomendado);

24. Al dormir en la noche en la cama de su persona, es deber de todo gato ocupar toda la superficie de la cama durante el período de tiempo que dure el sueño de su persona. Si cuenta con la presencia de otros gatos, es deber de todos cumplir esta misión;

25. En el invierno, todo gato debe dormir pegado a su persona. Si opta por entrar debajo de las frazadas que sepa que está prohibido salir hasta que amanezca o necesite ir al baño. La falta de oxígeno no es excusa;

26. Por supuesto que todo gato debe tapar la caca o pipí que haga. Esto es sentido común;

27. Si su persona abre algo especialmente apetitoso en la cocina, como una lata de atún, es deber de todo gato maullar histéricamente hasta lograr que su persona lo comparta con él/ella;

28. Todo gato, absolutamente todo gato, debe arañar repetidamente al menos un objeto de su hogar. Lo más común es el sofá del living, pero alfombras, papel mural o sillones también son aceptados;

29. Aquellos gatos que dispongan de visillos en sus ventanas, tienen la obligación de encaramarse, sin importar lo furioso que se ponga su persona;

30. Es deber de todo gato explorar cajas, bolsas, mochilas, aperturas en las frazadas o cualquier otro rincón en que el que puedan esconderse seres diminutos;

31. Si un gato descubre un nuevo lugar que no ha explorado es su obligación entrar y hacerlo, sin preocuparse si después podrá salir. Para eso está su persona.

Esto es lo más escencial para uds. humanos a los que hay que explicarles todo. El resto es confidencial.

miércoles, 15 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Pixie

Este calor del infierno me está matando. Ya no sé cómo esparramarme más. Tal vez si cambio de lugar… A ver, la impresora está como alta, puede funcionar. ¡Funciona! Aaaaah… una siesta al fin.

Chanfle, la impresora se calentó… Voy a bajar al baño, la baldosa esa como que siempre está fresquita. Ay no, no llego, mejor me quedo aquí no más al lado de la impresora. Mmm, como que no quepo muy bien. No importa, apoyaré la cabeza en el scáner no más. Igual está más fresquito que la impresora.

Pauli se ha levantado. Se dirige a la puerta. ¡Está en el patio! Ya, resiste, resiste, no puedo moverme con este calor. Pero ¿qué estará haciendo? ¿Estará mirando sus plantas de frutillas? ¿Estará regando? ¿ESTARÁ A PUNTO DE MOVER UNA RAMITA? ¿Y SI ESTÁ MOVIENDO UNA RAMITAAAAA? (dilatación de pupila nivel completo).

No está moviendo una ramita. Está efectivamente mirando sus frutillas. ¿Habrá algo nuevo hoy? Mejor me acerco bien de cerca para ver que está mirando. Nada nuevo. Pero me ha visto y me rasca la cabeza. No me gusta que me rasque la cabeza mientras intento descubrir por qué esas plantas la fascinan tanto.

… y me toma en brazos. Contaré hasta diez y punto. Qué manía de tomarme en brazos…

- Hola Pollita. - ya, ya, si es amorosa. No le clavaré mis colmillos en el cuello. ¡Pero ya bájame de una vez! - Ya, bájate gato impaciente.

- Mira Pixie ¿qué tengo aquí? - ¡noooooooooo! ¡Tiene una ramitaaaaaaaa!

¿Qué hago? ¿Qué hago? Me voy a esconder aquí. No, aquí. No, aquí mejor. Bah, quedé de espalda y no la veo. ¡Cámbiate de posición gato estúpido! Ay, la está moviendo ¡la está moviendo!

Derecha-izquierda-derecha-adelante-corre-¡la toqué!-sigue corriendo-sube por el árbol-¡la tengo!

Bueno, aquí la tengo atrapada en mi hocico lleno de letales dientes. Bajaré de este árbol con mi presa completamente atrapada. Ah, qué satisfacción. Ahora puedo dejarla aquí tirada.

¡Ay no! La está tomando de nuevo. La está moviendo de nuevo. Pero si yo ya la cacé. ¡Malditas ramas inmortales! ¡No escaparás!

¡Ajá! Aquí estoy en lo alto del árbol con una rama inmortal en mi asesino hocico. Pero para ¿qué le pasa al perro de enfrente? Ah, lo van a soltar un ratito. Tan contento que se pone. Mira la cara de pavo que tiene… Y se pone a saltar y a correr hacia ninguna parte. Le lanzan un juguete y ahí sale disparado a buscarlo. ¡Y se los trae de vuelta! ¡Y se los entrega! Y se queda con cara de weón esperando que se lo lancen de nuevo. Puede estar horas en eso…

En fin, me bajaré de mi árbol con mi rama inmortal. Ya me está dando calor de nuevo.

miércoles, 8 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: El Ciudadano Jack

En realidad, Jack no es su verdadero nombre. Es que un día llegó y contó que no sé quién le había dicho que Joaquín en inglés era Jack, así que quedó como Jack para siempre, siempre, siempre. Siempre. En fin, Jack es un tipo muy simpático. De esos que tienen amigos en todas partes, que cae bien a la primera, que siempre tiene esa talla lista para el momento preciso. El punto es que ahora todos esos amigos que ha conocido lo extrañan porque Jack ha desaparecido.

Era jueves y era Santiago. Se juntó con cuatro amigos: uno de toda la vida, una ex compañera de pega y dos más que en realidad eran amigas del amigo de toda la vida. Se encontraron en Provi, a eso de las 4. Más tempranito para evitar los tacos. Fueron a Flannery’s a tomar cerveza y contarse qué habían hecho para el 18. 18 de septiembre, para todos aquellos que no estén familiarizados con las festividades chilenas, es cuando celebramos nuestra independencia, o bueno ya, la “Primera Junta de Gobierno”, pero el espíritu es el mismo.

Cuando se les terminaron las cervezas alguien dijo que tenía ganas de conocer el Bar The Clinic del Centro.

- Yo tampoco lo cacho ¡vamos!
- Me dijeron que la decoración es muy chora – argumento para minas.
- Y venden buenos terremotos – argumento para minos.
- ¡¡Ya!! ¡¡Vamos!!

Ok. Fueron. Eran ya como las 5:30 y la cosa en el ultra sobrepasado tránsito de Santiago empezaba a ponerse seria. Pero nada que nuestros cinco héroes no pudiesen soportar. Llegaron al bar, juntaron unas mesas para que cupieran todos bien, pidieron los terremotos y continuaron conversando. Que no sé quién tiene una casa en Pucón, así que vamos todos para las vacaciones. Que la cagó que mega cool es Breaking Bad. Estudiemos todos química y hagamos metanfetaminas ¡Bitch! Que estaban chatos de sus pegas y que es impactante como no hay nada bueno en el fucking cine. Se terminaron los terremotos y ya nadie quería tomar más (¡era jueves!) y decidieron partir. Pagaron la cuenta, tomaron sus cosas, una última mirada de gitano para ver que no se les quedaba nada y al metro.

Nadie cachó que eran las 7pm. Entraron al tren subterráneo que una vez fuera orgullo nacional y ya no pudieron salir. Intentaron mantenerse juntos lo más posible y lograron llegar hasta el andén. Llegó el primer tren y no pudieron entrar. Llegó el segundo tren y no pudieron entrar. Llegó el tercer tren y entraron empujando a quien fuese. Etapa 1 concluida. Etapa 2: bajarse en Tobalaba y hacer el cambio de línea. Desafío nivel Dios. Salieron con otros 800 mil que tenían esa misma segunda etapa y nadie sabe como lograron mantenerse juntos. Llega el primer tren, que vieron desde lo alto de la escalera y obviamente no pudieron entrar. Llega el segundo, que ven desde la mitad de la escalera y no pudieron entrar. El pánico empieza a sentirse en la multitud. El miedo a no salir nunca de ahí. De nunca volver a tu casa y ver a tu familia. Pero ellos al menos se tenían los unos a los otros. Intentaban mantener la calma echando tallas sobre lo surreal de todo esto y lograban producir risitas nerviosas. Incluso en los extraños que los rodeaban. Llega el cuarto tren y no se pueden subir. Vamos, la 5ta es la vencida. ¡We can do it! Un par de tallas más, un autodominio increíble para no gritar y asesinar a todos los que te rodean. Llega el quinto tren. Ahora sí que sí. Una vez arriba ya todo tendrá futuro otra vez. Se abren las puertas y todos empujan. Se genera un mini caos porque solo a la mitad de la multitud les sirve el tren rojo y se empujan y se separan y de pronto se cierran las puertas y Jack queda afuera.

Jack queda afuera... Ve los rostros estrujados de sus amigos en la ventana y sabe que nunca más volverá a verlos.

viernes, 3 de enero de 2014

Hoy en Crónicas Anexas: Los momentos de la Hueli Carmen

Ay la edad… Llega. Nos llegará a casi todos, menos a aquellos que se las arreglen para morir antes. Antes de que las neuronas hayan desistido, renunciado o jubilado o todas las anteriores. Antes de que la memoria ya pase a ser un simple concepto en el diccionario y se transforme más bien en una mezcla de fantasía y hechos revueltos.

La Hueli Carmen no murió antes de que las neuronas le fallaran y ahora vive algunos minutos en Santiago, otros en Rancagua, unos cuantos en Brasil y su nieta Paulina ahora es su prima Laura y su hija Claudia ahora es alguien que la cuida y no recuerda a su hijo Ariel. Hasta su marido, orgullo máximo de su historia, se le está escapando en los recovecos de su agotado cerebro.

Pero sigue acá, con 90 años cumplidos, preguntándonos que a qué hora nos vamos.
- ¿A dónde hueli?
- ¡A la casa pues!
- ¿Cuál casa?
- A la… a la… de Santiago.
- En un ratito
- Mijita ¿a qué hora nos vamos?
- ¿A dónde?
- A Rancagua.
- En un rato más.
- Mijita ¿cómo nos vamos a Santiago?
- Estamos en Santiago.
- Ah… A Rancagua entonces.
- En un rato más.
- Mijita ¿a qué hora nos vamos a Santiago?
- En un rato más…

Y así pasamos el tiempo, entre que estamos en Santiago y en Rancagua. Lo único importante es que nos iremos en un ratito más.

No crean que no le hemos explicado que estamos en Santiago y que ella vive en esa casa. Pero se le olvida a los 2 min y al final solo se confunde más, así que ahora solo seguimos su hilo o línea entrecortada de pensamiento.

Pero bueno, toda esta larga introducción no es para dejarnos llevar por una confusa situación, sino para registrar esas frases únicas que solo los niños muy pequeños o los viejitos muy viejitos pueden decir.

Y la cosa va así:

Personajes:
Hueli Carmen
Fresia, señora mayor quien padece de Alzhaimer, amiga de la familia
Pauli

En el living de una casa de veraneo. Fresia y Hueli Carmen están sentadas juntas en un sofá, conversando. Pauli está sentada en otro sofá, leyendo.

Hueli Carmen: ¡Es que mi marido era tan exagerado que podía comerse un litro de helado solo!
Fresia: Ay Carmen ¿no estarás exagerando?
Hueli Carmen: ¡No! ¡Si se comía una docena de huevos al desayuno! Todo porque se volvió loco con lo de la gimnasia.
Fresia: Pero cómo alguien se va a comer una docena. Te creo media docena, pero una entera nunca.
Hueli Carmen: ¡Bueno ya! Entonces no es cierto y yo estoy inventando.
Fresia: Pero no te enojes, Carmen. A ver ¿cuándo es que Doro estaba de cumpleaños?
Hueli Carmen: A ver… El 36 de marzo parece.

Pauli sonríe y abre la boca para decir algo, pero Fresia se le adelanta.

Fresia: Sí, creo que tienes razón.

Ante eso, Pauli retoma su lectura y registra las frases para más tarde reproducírselas a oídos capaces de captar dicho absurdo…