La verdad es que a partir de ahora se han transformado en
una de mis bandas favoritas y espero con ansia volver a verlos en vivo, porque
si en estudio ya son buenos, en vivo te hacen fan.
Fotos: Nico Guaiquín
Fotos: Nico Guaiquín
Todo empezó como un blog dedicado a mi forma de entretención favorita: los recitales (¡porque por la #"$%$# que es rico estar en un lugar con miles de personas que están vibrando igual que tu!). Pero esto fue evolucionando y ahora es un mix de las cosas que pasan por mi mente. Ahora es simplemente rockpauli.
Aaaaaaaahhhhh (léase como un suspiro)... Al fin de vuelta en las canchas, literalemente. Con la guata apretada cuando bajan las luces, proyectan un gran SUEDE y suena Black Sabath. Lo sé, totalmente inesperado, pero le dió todo un toque esta introducción al más clásico heavy metal a una banda al más puro estilo Brit Pop. Que felicidad estar ahí rodeada de fanáticos de esos que se saben cada palabra y que acompañan cada golpe de la batería con un cabezazo o un manotazo al aire. Era como estar en casa.
¿Recuerdan cuando nos juntábamos en alguna plaza y pensábamos en lo increíble que hubiera sido haber visto a Pink Floyd? Soñar despierto, imaginándose a uno mismo entre los miles de afortunados que tuvieron esa envidiable oportunidad... Pues ayer creo que fue casi como haber visto a Pink Floyd. Cierto, no estaba Gilmour, pero la puesta en escena, el sonido... En un minuto pensaba "¡Qué apoteósico!" Pero de eso se trata Pink Floyd. De inundar todos tus sentidos, de atraparte en el concierto, de envolverte y hacerte parte del show. Uno realmente sentía que no estaba presenciando algo como un lejano espectador, sino que estabas totalmente inmerso en la música. El escenario era el estadio entero, las voces eran las de todos y el sonido estaba en todas partes. Entre que no estabas muy seguro si era una gigantesca obra de teatro, una sala de cine de 360° o el concierto más increíble que hayas visto.